Cuando acepté ser la novia de Ben hace seis meses, jamás imaginé todo lo que eso conllevaría.
Sí, tenía claro que los ojos de todos estarían sobre nosotros, pero no pensé que las cosas pudieran llegar tan lejos.
¿Y por qué no lo hice a pesar de to...
Narrador Omnisciente: Mal, hija de Maléfica y Hades, se encontraba dando vueltas dentro de la habitación de su novio, el Rey de Auradon.
Habían quedado para tener una cita cuando el saliera de su reunión con el Consejo de Segundones.
Desde hacía varios días que rondaba por su cabeza esta idea. Una idea que le rompía el corazón cada vez que la recordaba.
Pero no tenía otra opción, ¿o sí?
Los treinta minutos que tenía en esa habitación de las instalaciones de Auradon Prep la estaban aniquilando.
Evie, su mejor amiga, notó que ella estaba rara, al igual que Jay y Carlos.
Pero no pudieron preguntarle nada porque apenas el reloj de su teléfono marcó las seis, ella salió corriendo de la habitación de los chicos. Dejando confundidos a sus tres mejores amigos y hasta a Chico, la mascota del pecoso.
Inhaló y exhaló aire varias veces para calmarse. Lo que menos necesitaba en ese momento era tener un ataque de ansiedad. Mucho menos si ni Ben ni los chicos estaban con ella.
Y como si hubiera leído sus pensamientos, sintió los brazos del castaño alrededor de su cintura.
-Pude salir unos minutos antes y quise sorprenderte. Supuse que estarías aquí - le dijo seguido por un beso en la mejilla.
Mal se dio la vuelta, con las manos temblando un poco, cosa que no pasó desapercibida por el Rey.
-¿Sucedió algo? - le preguntó tomando su barbilla con delicadeza.