Cuando acepté ser la novia de Ben hace seis meses, jamás imaginé todo lo que eso conllevaría.
Sí, tenía claro que los ojos de todos estarían sobre nosotros, pero no pensé que las cosas pudieran llegar tan lejos.
¿Y por qué no lo hice a pesar de to...
Narrador Omnisciente: La ciudad capital de Auradon se encontraba hecha un caos. Era la primera semana de las vacaciones de verano, así que todo el mundo se estaba movilizando para distintos para aprovechar al máximo sus días de descanso.
Unos iban a la playa, otros a las montañas o a ciudades y pueblos de los reinos vecinos. Los únicos integrantes del famoso grupo de amigos conformado por las VK's y AK's que no habían ido muy lejos fueron los reyes de Auradon.
Así como lo leyeron, Mal y Ben ya estaban casados. Habían pasado ya seis años desde su graduación en la preparatoria.
Como ambos habían discutido previo a su graduación, se mudaron juntos a un departamento cercano al campus de la universidad. Le prometieron a Bella y a Adam que pasarían todos los fines de semana posibles en el castillo. Al terminar sus carreras, con Mal convirtiéndose en artista con una mención especial en Ilustración y Ben siendo un escritor de manera oficial, regresaron a casa.
Se casaron a los veinte, justo a mitad de sus años de estudio. Seguían disfrutando su juventud al máximo, pero no negaban que el deseo de ser padres cada vez era más real. Solo que esperarían al menos unos dos años más para formar una familia. Por el momento estaban cómodos siendo solo ellos dos.
Lo que muchas personas no sabían era que a pesar de que ya tenían un par de años viviendo en el castillo, aún conservaban su departamento. Cada vez que tenían la oportunidad se iban a escondidas para al menos tener una noche o unos días de paz. Obviamente les gusta viajar cuando tienen la oportunidad, pero al tener una agenda tan apretada era menos cansado conducir tan solo unos minutos.