Edward (2)

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Enero.

El reencuentro.

Ese momento que tanto había anhelado, esperado y suplicando por los años que pasaron para al menos poder tenerla entre mis brazos. Ya había pasado prácticamente un año de que la había encontrado, pero las cosas no eran tan fáciles como pensaba que sería, se suponía que ahora que ya no era un animal, una hembra, siendo una mujer hecha y derecha sería un hecho que ella fuera para mí. Pero este maldito destino que siempre cargaba conmigo y en mis hombros por haber asesinado a tantas personas, he de creer que este era el castigo eterno que me merecía.

Leah Clearwater.

Esa mujer era el mismísimo demonio, una mujer que se había cruzado en el camino de nuestro amor, ahora que ya era posible, que ya no me sentiría zoofilico, un asco de vampiro... Me cruzaba con que nuevamente, ella era parte de un enlace animal, pero esta vez, mi pequeña bola de pelos era un lobo. Y no solo eso, era la alfa e hija de Sam Uley.

Si mi problema creía que sólo era uno, uno muy tenso con la hermana del pequeño Seth, estaba equivocado, habían demasiadas cosas añadidos como mas problemas, el ex-alfa, aquel hombre era el padre de mi compañera, y por ende, debía ganarme su apoyo para al menos hacer el ambiente tragable.

¿Pero como lo haría si el aroma a perro sucio era intragable? ¿Porqué o como siquiera era capaz de seguir percibiendo el delicioso aroma de Parvati en el cuerpo actual?

Cierto... Ya no era Parvati, bueno no como nombre, sino que ahora se la conocía como Aruna.

Igualmente era un hermoso nombre, digna de mi compañera. Digna de ser feliz, pero esto de estar alejados me estaba doliendo tanto. Suspiro. Tenía que hacer algo, o la perdería para siempre.

—Quiero ver a Parvati. No me importa si es un chucho, ¿crees que pueda cruzar o verla en el límite? —dice Rosalie, mientras se sienta a un lado de mi cama.

—¿Qué acaso no te enseñaron a tocar la puerta? —resoplo mientras me paso la mano por la cara, parecía estar dormido en sentidos.

Rosalie se encoge de hombros, y su codo queda recostado en su regazo, mirándome divertida.

—Estoy en mi casa, además ni siquiera me notaste antes.

Me abstengo en volver a suspirar, no soy humano ni estoy vivo para hacerlo—No lo sé, ya no se llama Parvati... Es conocida como Aruna.

—Entonces era cierto, reencarnó en la mejor amiga de tu hija. Que travesías tan locas te toca, Edward. —acaricia su melena rubia, mientras mueve ligeramente su pierna derecha.

—Si ya lo sabes, ¿para que molestas?

Estaba más molesto que de costumbre. Desde que sabía de su existencia, mi vida no estaba completa si tan solo... Tan solo tuviera la oportunidad de tocarla, de amarla como prometí hacerlo.

—Estaba esperando que salgas de tu cara insufrible, para hacer algo al respecto. Ya quiero verla, quiero saber que fue de ella.

—Lo haré, solo que ni siquiera...

Sé escucha unos golpes suaves en el marco de mi puerta, viendo a Alice.

—Se encuentra cerca del límite, en la zona cerca del risco de la push. La verás lo suficiente de nuestro lado. Es tu oportunidad, no la desaproveches.

—Pero... ¿La viste con su esposa?

Rosalie abre la boca totalmente absorta y sorprendida, para luego reírse un poco, mientras se acerca al marco de la puerta en un pestañeo.

OS - PARVATIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora