Día 6: ♦ R-18/Smut ♦

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Quedando Desembarco del rey más los demás reinos a la responsabilidad de Aemond Targaryen las cosas resultaron tan diferentes a como lo podían imaginar, ¿misericordia? Las personas consideraban que aquella palabra no estaba dentro de su diccionario. La muerte de la reina Alicent tras el parto de Daeron, su último hijo, conllevó a cambios drásticos. Así como el arrebato de la ascendencia al trono por derecho a Aegon, quien de todas maneras no lo quería y prefirió dejárselo a su hermano menor.

Otto Hightower fue ejecutado a espada de Aemond por los intentos de manipulación y traición que no toleró. Si algo no le gustaba a Aemond principalmente era que intentaran utilizarlo como si fuese una marioneta, sencillamente lo sentenciaba. No era un chico estúpido como Aegon que se dejaba influenciar tanto fuese posible, según él.

¿Reglas? Aemond las declaraba y nadie se atrevía a interponerse u objetar.

La vez que fue desafiado fueron exiliados del reino por piedad o asesinados en el instante. La única vez que se tentó el corazón fue al ver como Lucerys intentó suicidarse al saber que Aemond había ganado contra su madre y tenía el poder en sus manos como para tener la intención de eliminar a su familia. Con ese cargo que siempre añoraba era capaz de ordenar cualquier cosa y lo primero fue que les entregaran a los Velaryon mezclados con los Targaryen.

Lucerys fue su primer prisionero. Era cuestión de tiempo para que su familia restante fuera capturada y tuviesen el mismo destino que él o peor.

Bueno, Aemond los tuvo a todos juntos para determinar su final, pero Lucerys imploró que les perdonara la vida y viendo que no estaba siendo escuchado, no perdió la oportunidad de intentar quitarse la vida cuando se enteró que serían ejecutados porque al parecer el rey tuerto tenía contemplado mantenerlo vivo, pero ¿De qué servía si su familia no estaría? Igual si no era viable estar con ellos tampoco habría sentido.

El intento fallido de suicidio le abrió una pequeña oportunidad, que en realidad carecía de sentido porque Aemond era el rey y podía obtener lo que deseara. El punto fue que Aemond negoció en privado con Lucerys demostrando en cada instante quien era la autoridad y de quien dependía su vida, para entonces, quedaron en términos de que Lucerys se convertiría en su sirviente a cambio de perdonarles la vida, pero igual no podían quedarse por la traición impuesta de reclamar el trono, menos importaba que Aemond fuera un usurpador.

Lucerys no se atrevió a siquiera considerarlo, es decir, pensarlo para saber si era conveniente porque claramente era la primera vez en que Aemond se disponía a hacer un trato cuando con otras personas ha comandado cosas peores y a terquedad suya no daba la oportunidad de que abrieran la boca. Y Lucerys poseía una opción que no dejó ir.

Rhaenyra junto a Jacerys y Daemon (herido) se opusieron a tal cosa y Lucerys no lograba encararlos por tomar una decisión tan repentina.

¿Qué más daba? De todas formas, hubiese estado encarcelado ahí como una muñeca si Aemond simplemente lo deseaba, pero la idea de que valía la pena lo hacía sentir más humano y su vida pudiese tener algún valor cuando sabe que para su familia es lo más sagrado. Por eso mismo Lucerys pensaba que debía devolverles ese cariño y amor que le encomendaron cada día que pasó a su lado. Las lágrimas lamentando tal intercambio dejaron los ojos rojos y una garganta desgarrada en vano porque Aemond lo veía como un patético teatro que de algún modo por unos instantes se interesó. Cansado de ver tal actuación dio la orden de llevar a cada uno donde pertenecían a perspectiva suya.

Fue así como transcurrió más de medio año y Lucerys estaba la mayor parte del tiempo detrás de Aemond, acatando ordenes tan simples como complejas, pero ninguna le permitía estar fuera del castillo ni mandar cartas.

Lucerys no parecía tanto un sirviente o un esclavo, sino una esposa porque desde muy temprano debía atender a Aemond. Se levantaba antes de que los rayos del sol ascendieran para prepararse (debía siempre arreglarse) para ir a despertar a Aemond siendo el único que con acceso a su cuarto. Nadie más que Lucerys entraba y si por alguna razón sucedía lo opuesto a esa orden... las consecuencias no iban para bien.

Lucemond Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora