Las Berman pasan todos los veranos en la casa de los Fisher junto a ellos y los Conklin, pero este verano será diferente, todos han crecido y cambiado. Camilla se verá envuelta en un sin fin de complicaciones.
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UNOS DÍAS DESPUÉS, Belly le había dicho a Millie que ayer le pidió a Jeremiah que fuera con ella al baile y obviamente él aceptó.
Hoy sería el baile de debutantes así que el ambiente era distinto al de unos días normales.
— ¿Te gusta? — pregunta Millie saliendo del probador con un vestido negro.
— Sí.
— Conrad, has dicho eso con los otros tres vestidos. Dime algo más, por favor.
— Es que me gustan todos, Cami. Elige el que más te guste a tí. — dice el mayor de los Fisher haciendo bufar a la chica.
Millie entra al probador para poder ponerse su ropa habitual y ambos salen de la tienda para comprar un helado.
— No encontraré ningún vestido. — se queja la morena.
— No sé por qué te has esperado al último día. — dice Conrad comiendo de su helado.
— No sabía que había que ir tan elegante. — habla Millie.
Ella nunca había ido a un baile de esos. Cuando Beck se lo propuso hace unos años, Millie lo rechazó.
Ella no había crecido en una familia de clase alta como los Fisher. Por lo que tampoco quiso presentarse a la sociedad como si de verdad fuera tan adinerada.
Ambos quedaron el silencio hasta que Millie vió un precioso vestido rojo en una de las tantas tiendas.
— ¡Lo encontré! — la chica se levanta rápidamente agarrando la muñeca de Conrad para arrastrarlo junto a ella.
Ambos entraron a la tienda y cuando la dependienta le entregó el vestido a Millie fue a los probadores.
Cuando Conrad volvió a mirar hacia arriba casi se le cae su helado viendo a la preciosa chica que tenía delante.
— ¿Y?
— Estas preciosa, Cami. — el chico se levanta para poder apreciarla mejor. — Definitivamente es ese.
La morena lo mira con una sonrisa volviendo a mirarse en el espejo.
Cuando regresaron a casa, Belly y Jeremiah estaban por comenzar el desayuno.
— ¿No nos ibáis a esperar? — pregunta Conrad dejando las llaves sobre la mesa.
— Mirad lo que traemos. — habla Millie emocionada con una caja de dulces.
— ¡Oh, si! — exclama Jere dejando un beso en la mejilla de su mejor amiga.
Poco después de desayunar, Beck aparece junto al vestido de Belly y sus zapatos.
— Belly deberías ir llendo. Jere, hijo, ¿puedes llevar esto?
