Las Berman pasan todos los veranos en la casa de los Fisher junto a ellos y los Conklin, pero este verano será diferente, todos han crecido y cambiado. Camilla se verá envuelta en un sin fin de complicaciones.
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EN LA CENA de ese día, Camilla conoció algunos detalles como que Conrad había dejado el fútbol, algo que extrañó mucho a la joven, también que Jeremiah y Steven iban a trabajar en el club y Beck le había conseguido una invitación al baile de debutantes a Belly.
Ahora Millie se encontraba en su habitación terminando de arreglarse para ir a la primera fogata del verano. Sentada frente al espejo poniéndose sus pendientes escucha voces fuera por lo que se acerca a la ventana y vio a Conrad y Belly. Lo que llamó su atención fue el porro que el rubio tenía entre los labios.
Rápidamente salío de su habitación y bajó las escaleras hacia la piscina.
— Hola, chicos. — saluda alegre como de costumbre dando saltitos hasta colocarse detrás de Conrad.
— Hola, Millie. — habla Belly sonriendo divertida a lo que Camilla le sonrió igual.
— Es hora de irnos. — menciona la morena pasando su mano por encima del hombro de Conrad y agarrando el porro de sus manos. — No puedo creer que no me ibas a dar ni un poco.
En ese momento Steven y Jeremiah salieron de la casa hablando animadamente entre ellos, Millie le da una calada al porro y lo lanza al suelo para luego pisarlo.
Conrad le lanza una mala mirada para luego levantarse y dirigirse hacia los demás.
— ¿Puedo ir? — pregunta Belly desde la piscina.
— No — contesta tajente su hermano, Steven.
— ¿Por qué no? — pregunta Millie frunciendo el ceño llegando junto a los chicos.
Steven se va hacia el coche ignorándola completamente, Jeremiah se encoge de hombros y se va seguido de Conrad.
— En mi escritorio hay maquillaje, por si te apetece venir. — le susurra la morena a Belly guiñándole el ojo y sale corriendo hacia el coche.
Cuando Millie entra en la parte trasera del coche les sonríe a los chicos.
— La primera fogata del año, ¿no os emociona? Será interesante. —habla la morena bajo la mirada de los chicos.
— Vamos allá — habla Jeremiah encendiendo el coche.
[...]
Millie se encontraba en la orilla junto a Liam, un chico que había conocido el verano pasado y del que se había hecho muy buena amiga.
— Entonces el año pasado, tú y Conrad... — resume el relato que la ojimarrón le había contando.
— No me gusta Conrad. — aclara Millie bebiendo de su vaso.
— Ajá.
— Solo fue un deslíz. — la morena se levanta de la arena tropezando — Voy a por más bebida.
— ¡Vas mal! — grita Liam riendo viendo como su amiga andaba hacia los lados.
Millie camina hacia la multitud que estaba formando un círculo, se abre paso entre la gente estando a punto de caer varias veces debido a los empujones, consiguiendo ver a Conrad peleando con otro chico.
En ese momento Belly, de la cual no se había percatado que estaba ahí, cae al suelo.
— Belly. — murmura la morena corriendo hacia su amiga y agachándose junto a ella. — ¿Estás bien?
— Si, tranquila.
Millie se levanta y camina hacia la pelea con intención de detenerla hasta que un chico, el cual supuso que era amigo de quien estaba pelando con Conrad, la toma del brazo.
— ¿Dónde crees que vas, preciosa? — sonríe con cinismo el chico.
— Suéltame, imbécil — habla la morena tratando de soltar el agarre en su brazo.
— Y si no, ¿qué? — se burla el joven haciendo que la morena suelte una risa enfadado más al chico. Sí, iba un poco borracha.
Entonces Millie levanto su rodilla bruscamente golpeando la entrepierna del chico haciendo que él cayera al suelo arrastrándola a ella al no soltar su brazo.
— ¡Millie! — la voz de Jeremiah se acerca corriendo y la ayuda a levantarse para luego mirar al chico retorciéndose de dolor en la arena.
Unos minutos más tarde, Millie se encontraba sosteniendo una lata de cerveza congelada sobre su labio ya que en la caída con el chico se había golpeado en una roca y se lo había partido. Estaba junto a los hermanos Fisher dentro del jeep esperando a Belly.
Millie, aburrida de esperar a su amiga, acercó su mano en forma de pistola a la cabeza de Conrad.
— ¿Qué estas haciendo? — pregunta el rubio de mal humor.
— Disparándote, ¿acaso estás ciego?
— Estás borracha. — se queda en silencio unos segundos oliendo el aroma que rodeaba a Millie. — Y fumada.
— Tú también. —contraataca la chica.
— Ambos lo estáis, Belly sube al coche — habla un cansado Jeremiah desde el asiento de piloto.
Poco después Belly sube al coche y fue entonces cuando todos se percataron de que Steven no estaba.
[...]
Laurel y Ela se encontraban frente a ellos con una mirada de reproche tras despedir a los policías. Belly, Steven y Jeremiah estaban parados y junto a Conrad y Millie que estaban sentados.
— ¿Habéis estado fumando? — pregunta Steven después de olfatear a la nada.
— No grites, Susannah duerme en el sofá. — habla Ela tratando de cambiar el tema a lo que Millie suelta una carcajada recibiendo un golpe en el torso por parte de Conrad.
— Os aseguro que estoy completamente sobrio, yo me encargaba de conducir. — intenta calmar el menor de los Fisher a las madres.
— Sois los mayores, ¿en qué estábais pensado? — reclama Ela mirando a Conrad y Camilla.
— Y tu no puedes ir andando sola y de noche. — reprocha Laurel a Belly.
— Ya no soy una niña, mamá.
— Si quieres que te trate como una adulta, compórtate como tal. — sentencia Laurel.
— Vosotras también deberíais. — comenta Conrad.
— Esta bien, todos a la cama, venga niños. — Ela termina la conversación.
Nota de la autora. 🪐
•Cabe aclarar que Millie es de la misma edad que Connie.
