— ¡Mirá lo grande que estás! Hasta te cambiaste el pelo —comentó Jay, cruzando el departamento con una sonrisa mientras abrazaba a Sunoo.
— ¿Vieron? Yo les dije que este loco iba a volver a la cueva —Jake fue el siguiente en abrazarlo, un poco más desprolijo que Jay, y hasta se animó a levantarlo un poco, arrancándole una sonrisa.
La gente se amontonaba para saludar a Sunoo, tantos eran que ni el mismísimo Sunghoon podía entender de dónde había sacado tantos amigos.
Por más que quisiera negarlo, Hoon no podía ignorar que algo no andaba bien con Sunoo, y odiaba conocerlo tan bien como para darse cuenta.
— Pff —murmuró, volviendo la mirada hacia el cielo, incapaz de soportar la escena—. Odio a Sunoo.
La culpa de no haber corrido a besarlo le carcomía por dentro.
Con el cigarrillo aún entre los dedos, no se atrevía a llevárselo a los labios, no mientras Sunoo estuviera cerca.
. . .
No aguantó ni un minuto antes de girar sobre sus talones y volver a su departamento. Agarró el primer vaso que encontró, haciendo una mueca de asco al sentir lo fuerte que estaba el trago.
¿Se estaba emborrachando a propósito? Sin duda, y era algo que cualquiera esperaría.
"Odio su cabello tan suave, la forma en que su sonrisa levanta sus cachetes, odio su risa contagiosa, odio cuando babea mientras duerme. Odio saber lo que le pasa y odio no hacer nada al respecto."
Esas palabras resonaban en su mente, una y otra vez, cada vez más intensas. Sabía que era el alcohol hablando, pero no podía detener el caos en su cabeza.
Hoon repitió el mismo ritual: tomó otro vaso al azar, sintiendo el ardor del trago en su garganta, y se unió a cualquier ronda de baile, asegurándose de mantenerse lo más lejos posible de Sunoo.
Y lo hacía de nuevo.
Y de nuevo.
Y de nuevo.
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No tenía idea de cómo demonios había terminado fuera de su departamento, sentado en la vereda con un ciruja y rodeado de unos cuantos vasos.
— Sos muy joven para tantos quilombos. ¿Estás estudiando siquiera? —preguntó el vagabundo mientras le pasaba de nuevo la botella al azabache.
— Arquitectura, estoy estudiando arquitectura —ignoró las primeras palabras; no era algo de lo que tuviera ganas de hablar.
El vagabundo apenas había abierto la boca cuando la voz de cierto chico ya lo había interrumpido.
— Te ves miserable.
Hubo un silencio incómodo entre los tres. El acompañante de Sunghoon no dudó en despedirse de él, ayudarlo a levantarse y alejarse cuanto antes del lugar.
— ¿Debería estar feliz? —preguntó, estirándose.
— Bueno, acabo de volver de Córdoba y lo mínimo que esperaba era un abrazo.
— ¿Lo mínimo? Primero deberías ganártelo. ¿O pretendés que finja demencia después de habernos ghosteado como si nada? —El más alto se dio media vuelta para evitar la mirada del otro, intentando ocultar las lágrimas que amenazaban con escapar.
Silencio de nuevo, y como siempre, Hoon tenía razón.
— Fueron demasiadas cosas juntas. Yo... yo ni siquiera podía levantarme de la cama y...
— Y yo tampoco, pero sigo vivo. A pesar de todo, nunca en mi vida hubiera hecho lo que nos hiciste.
— ¡Estás siendo egoísta! Vos no entendés que...
— ¿¡Egoísta!? Mejor hacé un poco de retrospección para ver quién es el verdadero egoísta —Hoon lo miró directo a los ojos, su voz cargada de furia mientras alzaba el tono.
— ¡Ni siquiera me dejas explicarte! —El ahora pelinegro tenía los ojos cristalizados y empezaba a temblar, pero intentaba disimularlo.
— Porque ya pasé la página, superé que hayas dejado de quererme y ya tengo una nueva vida, Sunoo —apuntó su dedo índice hacia el pecho de Sunoo, dándole golpecitos con cada palabra que salía de su boca—. Las explicaciones las tenías que haber dado antes, no cuando ya es tarde.
Silencio otra vez, esa parecía ser la nueva norma.
El pecho de Sunghoon se contrajo cuando Sunoo empezó a llorar desconsoladamente, cubriéndose el rostro con las manos, demasiado avergonzado para enfrentarlo.
Y para empeorar las cosas, la silueta de Yuna se distinguía a lo lejos. Sunghoon se frotó los ojos para disimular que él también estaba a punto de quebrarse.
Cuando su novia estuvo lo suficientemente cerca, pasó junto a Sunoo, chocando su hombro sin decir nada, y se dirigió a hablar con la chica, manteniendo el nudo en su garganta.
— Yuna...
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tarado ! sunsun
Fanfiction⸻ Dónde Sunghoon en su último año de secundaria, pone toda su atención en el hermano de su admiradora, Sunoo, o como le decían sus amigos, "el cordobés". Sunoo va a poner el mundo de Hoon al revés, haciéndolo vivir un montón de emociones que nunca...