Álvarez fue a visitar a su novio a uno de sus entrenamientos, eran aproximadamente las 9:30 p. m. y este estaba casi por terminar.
Desde lejos Julián apreciaba la imagen de un Enzo completamente sudado, agitado. El jugador estrella que portaba el número 24 de la selección argentina escupió en la verdosa cancha, exhausto gracias a la cantidad de actividad física que había hecho. Sus manos se posicionaron al rededor de sus caderas.
Por parte del castaño, su alma era la que se estaba derritiendo sobre las bancas ahora mismo gracias a la gloriosa imagen.
Enzo encontró al mayor con la mirada y le brindó una hermosa sonrisa, sus dientes brillaban más que el futuro de cualquiera. Julian hizo algunas señas con su mano.
Finalmente el entrenamiento había terminado y Fernández se acercó de inmediato hacia su chico, lo abrazó y besó su mejilla tiernamente.
Ya nos vamos, amor, dame unos minutos para irme a cambiar -Enzo volvió a sonreír y Álvarez asintió, no tenía forma de explicar cuánto le encantaba ver como todo ese sudor bajaba de la frente de su novio y empapaba su camisa, haciendo que esta se pegara a su formado cuerpo.
-Yo espero.
El mayor le devolvió la sonrisa y luego de unos 20 minutos aproximadamente, Fernández estaba cambiado con una ropa diferente y más cómoda. Se acercó hacia su novio y el de hebras castañas tomó su mano con fuerza.
Caminaron hasta el auto de Julián y ambos entraron, sentándose en sus respectivos lugares.
¿Querés ir a cenar algo? el ejercicio me da hambre -Preguntó el número 24 con el codo en la ventana del auto que ya se había abierto.
El castaño veía los carnosos labios del menor mientras hablaba. "Mejor sería si se lo comiera a él" pensó, casi que por instinto. -Juli, ¿me estás escuchando?
No mucho en realidad. Juli ya estaba comiendole la boca al centrocampista en un abrir y cerrar de ojos.
Fernández sintió un sobresalto en su cuerpo pero se dejó hacer por su chico. Este se separó unos segundos después, dejándolo boquiabierto.
-Dios, Enzo, perdoname pero sudado te ves aún más bueno -Era el menos directo, el mencionado rió con un poco de vergüenza. Estaba enamorado, sin duda.
Vos no querés verme así todo el tiempo, ¿qué te hacés el fuerte conmigo? -Enzo arqueó una de sus cejas y Julián se sonrojó, alejándose un poco.
Álvarez era realmente tímido y no admitía que después de dos meses de relación con solo piquitos y caricias húmedas, algo se estuvo acumulando en su interior. Algo sucio.
Viste. Te asusta tanta belleza, yo s-
El de mechones claros no era fuerte, pero con tan solo mirar los ojos de su novio estaba decidido. Volvió a crear una unión de sus labios, sin dejar a Fernández finalizar. Duraron así un buen tiempo.
Enzo no sabía donde posicionar sus manos, por primera vez tenían un encuentro de este tipo. Uno de muchos desde ahora.
El número 24 de la selección Argentina mordió el labio de su chico y se atrevió también a acariciar su abdomen, Julián no era tan pendejo detrás de esa imagen tímida que tenía, él muy bien sabía lo que hacía.
Esto por supuesto sorprendió al pelinegro y se separó de los labios del delantero, se miraron un momento y después de que su mirada afirmara que estaba listo a cualquier cosa, la intensa unión de sus lenguas volvería.
El menor tomó la mano de su novio y la bajó hasta su vientre, el chico lo notó y rápidamente la llevó hasta el ajeno miembro cubierto con la tela del bóxer.
Uh, Julián... -Murmuró Fernández en medio de aquel beso y apretó esa misma mano. Luego, bajó la bermuda que traía puesta para hacer más fácil el tacto por parte de su amado.
El castaño se separó y miró hacia abajo en dirección al amigo de Enzo. Lo tomó y empezó a masturbar su sensible zona, su mano iba de arriba a abajo mientras aumentaba la velocidad.
El encantador centrocampista soltó un gemido y su espalda se encorvó. Una de sus manos llegó hasta los botones del auto para subir la ventana de manera automática, era difícil de creer que estaba haciendo algo así y con Julián Álvarez, su tímido novio, en un estacionamiento y dentro de su vehículo.
Tampoco era cualquier estacionamiento, a tan solo unos cuantos pasos quedaba el gran estadio en donde se jugaba, entrenaba y estaban todos sus compañeros, quienes si los vieran en esta situación los molestarían hasta el cansancio.
Aún así, no creía poder esperar hasta llegar al departamento de alguno de los dos.
A Álvarez le encantaban todas las reacciones del contrario, amaba ver como sus ojos se cerraban con fuerza y su boca se abría un poco gracias a los jadeos, sin poder decir nada aún.
Mierda, amor, vas a... Uhg... -La húmeda lengua del mayor recorría la extensión del duro miembro de Enzo.
Primero succionó la hinchada y excitada punta de su novio, este gimió con fuerza, cada vez que la boca de Julián rozaba contra él sentía una extrema sensibilidad.
Juli, esper-
-Callate Enzo, déjame laborar. -Lo miró el delantero antes de comenzar a cabecear contra el vientre del nombrado. Estaba chupando su pene como si se tratara literalmente de una paleta.
Tan inocente que se veía.
Fernández tiró su cabeza hacia atrás e inmediatamente tomó a Álvarez de sus suaves cabellos, haciendo que agilizara. Los sonidos de sus succiones estaban inundando el auto.
Enzo lo estaba ayudando con movimientos de cadera, su pene estaba rozando cada vez más con la garganta de su chico y este se mantenía soltando algunos gemidos. También lo sobó contra una de las mojadas mejillas de Julián, en general, estaba aprovechando de toda esa linda boca que ahora se regalaba.
Además, las miradas que le daba el delantero no podían calentarlo más, sus brillantes ojos no dejaban de verlo junto a ese tierno sonrojo característico.
Quería romper su garganta, sin duda, pero solo por ser la primera vez se limitaría.
Después de tantos sonidos húmedos proviniendo de Julián y su boca, Fernández terminó por correrse en su boca. Tras esto, el castaño se separó del ya no tan palpitante miembro, dejando un hilo de baba o fluidos como rastro. Enzo palmeó con suavidad sus rojas mejillas susurrando un "buen chico".
El menor lo tomó de su nuca y lo besó por perdí la cuenta vez, probando su propio semen sin siquiera importarle que lo fuera.
Dios mío, Julián, ¿no me podrías gustar más? -Enzo acarició el mentón de su novio y este rió tiernamente. -Pero para, ¿donde aprendiste todo eso?
El número 24 lo miró y cuestionó, Álvarez simplemente hizo un gesto de cerrar sus labios con una llave y tirarla lejos, no iba a confesar nada.
No te diré, no, no -Julián le regaló una sonrisa amplia después de un pico.
-Bueno, pero con tal de que solo sea conmigo todo está bien.
Prepárate, amor mío -El delantero había descubierto una parte de él que no conocía, le gustaba hacerlo en lugares públicos y Fernández no iba a tardar mucho en saberlo.
Hoy por fin habían dado su primer gran paso.
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my two boyfriends y el q soporte.amo a las personas que me dan ideas de ships homos fifas, un besito.
no he tenido mucha imaginación hoy, les entrego este humilde pedazo de pan, por ahora ñejeje.
¿recomendaciones para más ships?
bye bye! ♡
-Adi.
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¡𝗙Ú𝗧𝗕𝗢𝗟 𝗦𝗛𝗜𝗣𝗦! ── one shots.
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