Neteyam
Estaba con Ni'nae abajo de un árbol hablando.
Ya era tradición para nosotros dos ir por las noches a pasear y hablar, aún que a veces se convertian en sesiones de besos.
No me disgustaban esas sesiones ya que Ni'nae me gustaba y daba a entender que yo a ella también pero ella nunca quiso algo más, ya llevábamos seis meses de algo pero aún no salíamos, se que ella no era de relaciones y lo entendía a mí tampoco me iban mucho pero con ella era diferente. Con ella me imaginaba todo, pero al parecer ella no imaginaba nada.
–Oye, mira, no quiero ser pesado pero es que me tienes confundido.– dije y ella me miró confundida, yo seguí hablando– Se que a ti no te gustan las relaciones pero es que enserio me gustas y quiero que nos des una oportunidad de estar juntos, no te estoy pidiendo mucho.–
Ella me miró cansada.
–Ya hemos hablado de esto Neteyam. Con lo que tenemos ahora estamos bien tampoco hace falta que salgamos y se enteren todos.–
Ahora lo entendía, ella no quería que los demás supieran que salíamos.
Le miré asintiendo con dolor en los ojos para levantarme, antes de que yo lo hiciera ella me cogió de la mano y me hizo sentarme de nuevo.
–No es que me avergüences Net, hay un motivo por el cual no quiero que los demás se enteren y no te lo había contado.–
Parecía que supiera lo que estaba pensando. La miré para que continuara y me dijera el por qué.
–Voy a casarme.– dijo en un susurro, no quería creerlo, no quería que fuera verdad y que todo lo que habíamos pasado juntos hubiera sido simplemente una ilusión.
–Lo siento.–dijo.
–¿Desde cuando lo sabes?– le dije en un tono enfadado.
Ella ya tenía lágrimas en los ojos, me destrozaba ver eso pero ella me había ilusionado para nada.
–Desde hace tres meses.– dijo mirando al suelo mientras las lágrimas caían.
–Joder– yo solo decía más que maldiciones.
Escuchaba como sollozaba.
–¿Por que no me lo dijiste antes? ¿Por qué has tenido que hacerme ilusiones?– dije levantando el tono de voz y mirándola con desprecio. No podía evitar sentirme traicionado.
Ella solo me miraba mientras se disculpaba.
Yo me levanté y me dispuse a irme, ella se levantó también y quería seguirme, pare en seco para girarme hacia ella.
Sentí que su rostro se iluminó un poco al pensar que tal vez era para abrazarla o algo parecido, pero no, era todo lo contrario.
Le di un pequeño empujón y le dije.
–No quiero que vuelvas a acercarte a mí. ¿Lo entiendes?– su rostro se apagó completamente al ver como actúe y lo que dije.
Puede que me hubiera pasado pero en ese momento no media ni mis palabras ni mis actos, pero ella se lo merecía o eso pensaba yo.
Pasó un mes y Ni'nae se seguía acercando para hablar pero siempre era lo mismo por mi parte, rechazo.
Notaba su mirada dolída pero yo solo pensaba en lo que me había hecho.
Un día estaba yo solo en la cabaña y se me acercó mi padre para hablar, supongo que había notado que ya no salía con Ni'nae y que ahora no hablábamos.
–Hijo. ¿Que ha pasado con Ni'nae? Puedes contarmelo si quieres.–
–Va a casarse, lo sabía desde hace cuatro meses y no me lo dijo simplemente me ilusionó.–
El suspiro y me miró.
–Y no te lo has tomado muy bien supongo–
Yo negué con la cabeza.
–¿Reaccionaste bien?–
Yo me encogí de hombros, sabía que no estuvo bien como reaccioné.
El dió a entender que no reaccioné bien y volvió a preguntar qué pasó.
–Le... Le empujé y le dije que no quería que volviera a acercarse a mi.–dije con la cabeza gacha.
El me miró negando con la cabeza.
–Tendrías que hablar con ella Neteyam, y solucionar las cosas, tu no lo estás pasando bien y probablemente ella tampoco.–
Asentí con la cabeza decidido ha hablar con ella.
–La he visto por el bosque seguramente siga ahí, ves a buscarla y habla las cosas.–
Yo le sonreí y le agradecí para ir al bosque.
La busque un rato hasta que la encontré, estaba sentada debajo del árbol de la otra vez afilando su machete.
Caminé hacia ella intentando no hacer ruido pero sin querer pise una rama que hizo que levantará la mirada, cuando me vio volvió a agachar la mirada y seguir haciendo lo mismo. Me senté a su lado y me dispuse ha hablar.
–Siento como he actuado estas semanas y que no debería haber reaccionado así la última vez que hablamos.–
Ella me miró y me dijo que no me disculpara y que tenía derecho a reaccionar así. Yo negué.
–No es verdad, he actuado como un crío al no querer hablar las cosas.–
Ella me sonrió, a pesar de todo ella no estaba enfadada. Yo le sonreí de vuelta y seguimos hablando como antes.
Le pregunté algo que rondaba por mi mente desde hace días.
–¿Cuando te vas a casar?– la pregunta le tomó por sorpresa y parece que cambió su estado de ánimo de repente.
–En menos de una semana.– su voz sonó triste, se notaba que ella no quería casarse.
Cambié de tema ya que sabía que no quería hablar de eso.
Después de un rato, cuando se hizo de noche, le acompañé a su cabaña.
Nos despedimos con un saludo y antes de que ella entrará le cogí de la mano y le di vuelta para estampar mis labios con los de ella, fue un beso lleno de sentimientos e intensidad. Nos separamos y nos sonreímos.
Cuando volvía a mí cabaña se me hacia imposible no tener una sonrisa en la cara.