|Pedido|
Li'lah
Conocía a Tonowari desde que éramos pequeños.
Tonowari y yo siempre salíamos juntos, a pesar de que nuestros padres no se llevaran bien, al principio sólo éramos muy buenos amigos pero con el tiempo se fue convirtiendo en algo más.
Éramos muy jóvenes todavía, solamente teníamos 16 años lo que significaba que aún no se nos consideraba adultos, por lo tanto a ninguno de los dos nos buscarían un matrimonio arreglado.
Nadie sabía que estábamos saliendo, sabíamos que probablemente no se lo tomarían bien.
Tonowari siempre fue un na'vi apuesto, amable y con buen fisico, tenía a muchas na'vis detrás pero a pesar de ello me eligió a mí.
Un día estábamos en una roca sentados ya que fuimos a nada un rato y hablamos sobre un futuro, concrétame sobre si nuestros padres se enterarán aún que no veíamos esa posibilidad.
–Una cosa ¿Si nuestros padres se enterarán de lo nuestro crees que reaccionarían bien? Quiero decir, no se llevan muy bien así que...– dije yo recostada en su pecho mientras miraba el cielo.
–No creo que hicieran nada, probablemente nos regañen y no lo aprobarían pero no creo que hicieran algo más, al fin y al cabo son nuestros padres tienen que entender nuestras decisiones– respondió el acariciándome el brazo y siguió hablando –en el caso de que hicieran algo para que no pudiéramos vernos más se que lo haríamos igualmente.
Me incorporé para ponerme mirándole de frente para después darle un pequeño beso.
–Tienes razón.
El me sonrió y me volvió a besar.
Pasaron unos cuantos meses y Tonowari y yo nos seguíamos viendo a escondiafas pero un día que fuimos a coger algunas frutas y después comerlas, mientras nos besábamos escuchamos una voz de fondo.
–¿Que está pasando aquí?.
Era mi padre, me quedé helada en mi lugar mirándole.
Se acercó rápidamente para agarrarme fuerte del brazo para separarme de Tonowari hasta el punto de que me estaba haciendo daño hice un mueca de dolor a lo que Tonowari se dió cuenta y intentó que mi padre me soltara, pero era en vamos, mi padre era más fuerte que el y más grande así que sus intentos no funcionaron.
Cuando llegamos a la cabaña de mi familia Tonowari seguía detrás intentando entrar en razón a mi padre al igual que yo intentando que entendiera que estábamos enamorados y no podía cambiarlo.
–¿Sabeis que? Si que puedo cambiarlo, nos iremos mañana al anochecer a nuestro clan.
Es verdad supongo que se me había olvidado ese pequeño dato, no hermanos Metkayinas, pertenecíamos a un clan diferente el clan Nereiktan, pero tuvimos que marcharnos ya que hubo un problema con la gente del cielo y fuimos al clan Metkayina, nos aceptaron como iguales y nos enseñaron sus costumbres aún que no era un problema ya que nosotras también éramos na'vis de agua.
Sus padres se enteraron ya que mis padres se lo dijeron y estuvieron de acuerdo, a nuestros padres no les importaba como nos sintiéramos respecto a la decisión simplemente no querían que estuviéramos juntos.
Todo lo que Tonowari y yo pensamos para un futuro ya no existía y me dolía saber qué tal vez no volvería a verle.
Al día siguiente cuando teníamos que marcharnos me escape una hora antes para ir a ver a Tonowari y poder despedirnos, la suerte estaba de mi lado ya que lo vi sentado debajo de una palmera cerca del mar. Miré a los lados y me acerqué.
Cuando el me vio se levantó de golpe y vino hacia mi para darme un abrazo, el cual correspondí, seguíamos abrazados y a mí me caían lágrimas de los ojos.
Pasaron los minutos y estuvimos hablando hasta que me di cuenta de que estaba anocheciendo los que significaba que me iría en poco.
El me acompañó hasta unos metros antes de mí cabaña para despedirnos definitivamente.
Nos besamos por última vez, un beso lleno de sentimientos que duró unos cuantos segundos. Cuando nos separamos nos dimos un cálido abrazo.
Fue una despedida un tanto difícil pero teníamos que aceptar que ya no podríamos estar juntos.
Cuando llegué a mí cabaña vi que mis padres ya estaban sacando las pocas bolsas que teníamos, me miraron con desaprobación, o al menos mi padre ya que mi madre me miraba con algo de tristeza, yo bajé la cabeza para coger mi cosas y caminar a la orilla para llamar a mi Ilu.
En el camino a nuestro nuevo hogar yo pensaba en todo lo que había vivido en el que ahora sería mi antiguo hogar y no pude evitar sentir un vacío en el pecho.
Pasaron años desde que nos fuimos y volvió la gente del cielo.
Mi familia y yo ya no sabíamos que hacer, habían destruido todo, habían destruido mi hogar y a las personas con las que pasé los últimos años.
Así que después de que mis padres lo pensaran me dijeron que volveríamos al clan Metkayina, no lo entendía, no sabía por qué eligieron ese lugar.
Una parte de mi estaba feliz pero la otra no.
No me gustaba que siempre que teníamos un problema acudiamos a los demás, pero no era mi decisión.
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No sé si haré parte dos.
Besoss 💋😘