Unos jóvenes nacidos en Estados Unidos, se enfrenta a maltratos, criticas, juzgaciones de parte de sus compañeros, profesores incluso de sus propios padres por el simple hecho de ser cristianos, pero eso no va a impedir que sigan amando a Dios.
"Pue...
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Mientras Yo Crea En el
Miercoles 9 de Diciembre, cuidad de Nueva York -3:30 A.M.-
Noah Davis
―¿Donde esta Adam?― dice molesto.
Rápidamente Adam se acerco y se puso detrás de mi, pero el hombre me empujo y lo agarro fuertemente del brazo con inteciones de lastimarlo.
―¡¿Como te atreves a desaparecer asi?!― le grito molesto para luego después golpearlo haciendolo caer al suelo.
Vi como Adam empezo a llorar mientras el hombre seguía gritándole y reclamándole.
Senti una punzada en el corazón por verlo hay, veía a Adam y veía a mi yo del pasado, como si estuviera viviendo esto de nuevo.
El hombre lo agarro del brazo otra vez con fuerza para pararlo, al ver la intención que tenía, alce mi voz para detenerlo, pero me di cuenta de que... La voz no me salia.
Vi como empezó a golpearlo, quería gritar que se detuviera, quería moverme, pero no podía, era como si estuviera hay, pero a la vez no...
Entonces desperte, desperte de aquella pesadilla.
Mi respiración es agitada, una gota de sudor cubre mi frente, me siento letamente en la cama tratando de calmarme.
Sin poder evitarlo una lágrima corre por mi mejilla, ese sueño se sintió tan real, me niego a aceptar que Adam pase por lo mismo que yo.
Tengo miedo, mucho miedo, miedo a lo que pueda pasar.
―Dios, no se que hacer, por favor padre, guiame, dime que quieres que haga, dame sabiduría para tomar buenas decisiones...
Horas después.
―¿Todo bien?― dije mientras le ponía la mano en el hombro.
―Si...
―¿En serio? No parece.
―No quiero irme Noah, quiero quedarme contigo― dice con la cabeza agachada.
―Ya hablamos de esto.
―Si, ya, entonces esta bien― dice cruzándose de brazos mientras me daba la espalda.
―Por favor Adam, no te enojes conmigo, entiendeme.
―¿Y quién me entiende a mí? Se nota que no te importo en lo mas minimo― susurro.
―¿De verdad creés qué no me importas Adam? No sabes lo difícil que todo esto es para mí― dije sonando algo molesto.
―¡¿Tú creés que para mi es fácil?! No eres tú el que tiene que aguantar todo lo que aguanto a diario, no tienes ni la mínima idea de lo que se siente ser yo― dice con lágrimas en los ojos.
