Prólogo

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Estar con Axel era una de las pocas cosas que me daba paz en el mundo, además de jugar con los hijos de Leo. Había sido una de las pocas personas, fuera de mi círculo de amistades común, que me había apoyado y había estado conmigo desde mi separación con Julián. Tenía la misma edad que yo, 21, y era sobrino del Kun, habíamos coincidido en varios eventos varias veces, iba de acompañante ya que le gustaba mucho relacionarse con los jugadores. Pero nunca habíamos logrado cruzar palabra porque yo no estaba interesada en nadie más que en la estúpida araña.

Se acercó a hablarme en una "juntada" que había hecho Leo en agosto 2021, bastante de la nada. Estaba con el Kun y Benja, el hijo del mayor, dijo que me veía triste y "no quería que una mujer tan linda estuviera tan bajoneada cuando estábamos todos tan felices". No hacía mucho que habíamos ganado la Copa América, estuve feliz por eso, pero se terminó todo cuando mi mejor amiga me había dicho sin ningún tipo de vergüenza que se había cogido a mi novio, y que le había encantado.

Para la noche que hablé con Axel, ya había enfrentado a Julián Álvarez, quien era mi novio en ese entonces, y él me había negado todo, para minutos después aceptar que todo era cierto, y lo había hecho cuando los tres estábamos en Brasil viviendo la Copa en sí.

Había quedado como en shock por varios días, semanas quizás, no supe contar. Cuando procesé que mi novio, al cual confiaba con el alma y creía que jamás me haría nada, me había sido infiel con una de mis amigas más cercanas, dejé de comer, me alimentaba de chicles para calmar mi ansiedad y agua, bajé de peso, no salía de mi pieza, y si lo hacía era solo para ir al baño. Axel se acercó cuando lo hice por primera vez después de bastante, nos hicimos amigos, y me apoyó cada segundo desde que nos conocimos.

Vivía con Leo, prácticamente me habían adoptado con Anto después de que mi mamá muriera de cáncer cuando yo era chica y que mi papá cuidara muy poco de mí. No tenía ni idea cómo había llegado con ellos con solo 17 años. Sabía que tenían cero experiencia con adolescentes, sobretodo al tener nenes tan chicos, pero dijeron que querían probar formar una familia sabiendo cuántas personas había en la misma situación que yo y quisieron intentarlo.

Leo y su mujer estaban muy preocupados al no verme dar vueltas por la casa en Argentina, como hacía siempre desde que llegué, todo después de terminar con Julián, y noté lo preocupados que estaban cuando por fin pude mirarlos a los ojos. Me rompí y lloré muchísimo al ver a Thiago y Mateo mirarme de la misma manera. Me sentía horrible por haberlos hecho preocuparse así, después de todo lo que habían hecho por mí, pero no podía evitar seguir en el pozo en el que me encontraba cuando no tenía motivación para seguir.

Pronto ellos me la dieron, Ciro se metía a mi pieza a escondidas, porque sus padres decían que necesitaba mi espacio, me lo daban y lo agradecía. De todas formas, el menor iba y me llevaba gomitas y caramelos, me costó unos días aceptarlos y comerlos, casi obligadamente porque me metía las cosas en la boca. Tiempo después, lograban entrar los tres sin decir nada y me sacaban una sonrisa con cualquier cosa que hicieran, mirábamos videos, comíamos, y Thiago, supuse que al ser el mayor, empezó a llevar comida que me fuera a llenar, capaz un día aparecía y me traía una banana o un plato de ñoquis, nunca sabía. Me dolía verlos pedir que comiera porque no me hacía bien, y hubo un punto en el que lo terminé aceptando. No era bueno y no podía vivir encerrada.

Cuando salí de mi habitación decidida a seguir adelante, los cinco estaban en la mesa por cenar. Pregunté tímidamente si me podía unir, me daba vergüenza aparecer así como así a pedir cuando no les había dado explicaciones de nada. Sabía que se habían enterado porque la noticia de que Julián Álvarez había estado con otra mina estando de novio y encima con la casi hija de Lionel Messi estaba por todos lados, no había canal en el que no se pasara y cuenta en cualquier red social en la que no estuviera anclada.

Me habían mirado soprendidos, y rápidamente me atraparon en un abrazo, Anto murmurando que me había extrañado. Lloré, demasiado, y hubo un momento en el que ya no supe porqué. Estaba tan agradecida con ellos por absolutamente todo. No sabía ni qué decirles, me sentí completa al estar rodeada de ellos, sabiendo que me querían y se preocupaban.

Ahora éramos mucho más unidos, mi relación con los menores se había vuelto mil veces más cercana y no había cosa que no hiciéramos juntos. Excepto salir de joda, eso sería más adelante.

Volviendo al inicio, Axel y yo estamos de novios hace seis meses, era impresionante que me hubiera ayudado a superar a Julián y me hubiera dado mi tiempo antes de decirme que le gustaba y un montón de divagaciones sobre si no estaba lista, no había problema y que podía esperarme si así yo quería. Me sentí lista para intentar algo con alguien de nuevo, y él me hizo volver a sentirme tan querida y amada con cualquier boludez que hacía o decía, cada detalle mínimo. Y yo no me creía capaz de volver a sentirme así desde Julián.

Leo y el Dibu, con quien me llevaba increíblemente bien desde que había arrancado en la selección, intentaron amenazar a Axel de que si llegaba hacerme algo malo, los iba a encontrar, agregando que esa vez no serían solo ellos. Desde donde estaba sentada podía oler los nervios del pobre chico, pero vi que no se había dejado intimidar y había dado una respuesta firme, que nunca supe qué fue, pero ambos hombres habían quedado satisfechos, a mí parecer.

Respecto a Julián... no sabía mucho de él desde que dejó claro que se cogió a mi mejor amiga y había desaparecido de casa antes de que volvieran Anto y Leo. Sabía algo porque la selección había estado entrenando para las eliminatorias del Mundial entonces los chicos se lo cruzaban. Me contaron que no tenían mucho contacto con él, aparte de Enzo porque se conocían de antes, y De Paul, pero yo en sí no tenía relación con éste.

Había logrado estar en el mismo lugar que Julián sin siquiera ver si realmente estaba ahí, me dejé de preocupar por él y por cualquier cosa que hiciera, no guardaba rencores y, aunque sentía siempre su mirada quemándome, él tenía novia todavía, que era Evelyn, la mina con la que se metió estando conmigo (lo cual me chupaba tres hectáreas de huevo). Así que no me costaría nada pasar un Mundial entero mirándolo en una cancha.

Estaba claro que iría a apoyar a Leo con Anto, Thiago, Mateo y Ciro, una familia viendo al más grande de todos los tiempos luchar por lo que siempre quiso. Y saliera como saliera, estaríamos todos ahí para apoyarlo.

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Yo no les puedo explicar lo tanto q me jodió escribir cómo estaba ella con la separación

gente si se sienten así no duden en buscar ayuda, siempre va a haber alguien para escuchar lo que tengas para decir

Yet nothing new [ Julián Álvarez ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora