Monstruo - Bachira Meguru x TN

VIII

-____...- mencionó Meguru con un gran asombro.

-Voy a hacer un poco de té- Dijo la señora Bachira al ver la tensión que había en ustedes.

En cuanto se escuchó movimiento en la cocina, decidiste hablar.

-¿Por qué me has estado evitando?- Le reprochaste al joven pelinegro, acercándote hacia donde se había quedado estático.

-¡Aún no es momento de vernos!- Te contestó el chico mientras hacia un puchero y desviaba la mirada.

-Si es por lo del golpe, entiendo Bachira, quizá pensando bien te volviste a molestar y eso lo comprendo- Le contestaste sonando un poco dolida. -Espero me puedas perdonar. Gracias por tu amistad- Miraste hacia donde había chorreado alguna vez sangre. No quedó marca de aquel hecho pero en sus memorias y en las tuyas sí.

-____, no es eso- Te contestó Meguru, pero en vano fue pues ya habías abierto la puerta y en seguida saliste.

No miraste hacia atrás, pues las lágrimas estaban saliendo. ¿Cómo podías decir que no habías hecho algo malo? Realmente haber hecho eso fue lo que le impactó y creíste que con una simple disculpa se había arreglado el asunto. Lo que más te duele es que no eras tú en ese momento. Y estabas segura de que jamás volverías a dejarte poseer. Sentiste que te tomaron del brazo. No te dejó ir.

-____- Escuchaste la voz del mismo que acababas de dejar unos metros atrás. No quisiste voltear ni contestar.

De repente sentiste que sus brazos te rodearon. Tan cálida era la sensación por su temperatura corporal que dejaste de funcionar por un momento. Tus lágrimas dejaron de fluir y todo pensamiento negativo se esfumó.

Meguru se acercó a tu oído aún sin liberarse del abrazo. -Solo esperame un poco más y sabrás por qué- Te dijo este.

Te sentiste sumamente culpable e idiota pues era algo serio y tú sólo comenzaste a excitarte por la posición en la que te había abrazado y el cómo se acercó a tu oído. Él se separó después de verte asentir aún sin mirarlo. Hiciste una seña de despedida y te fuiste, aparentando estar normal.

Comenzaste a correr hacia tu casa y te encerraste en tu cuarto. No pudiste evitar soltar un chillido ahogado en tu almohada por lo que había pasado. Después de calmarte un poco pensaste acerca de que era lo que tenía tanta espera y, al estar pensando y pensando, caíste en brazos de morfeo.

Es así que los días pasaron, hasta que te llegó un mensaje.

-Tenemos partido el siguiente viernes, ¿Vendrás?-.

Evidentemente era Bachira. Decidiste contestar casi inmediatamente desde que lo leíste.

-Ahí estaré-.