Supongo que nunca empece del principio. El principio es aburrido, insípido, por eso aludo su existencia. Pero si hubo un comienzo. A veces hay recuerdos que se colan por mi mente y me recuerdan que si tuve una infancia, y que fue miserablemente solitaria.
El maldito sonido del teclado siempre me taladra la cabeza en estas noches en las que necesito escribir. Solo para descargar o contar una absurda y perturbante historia.
Alguna vez tuve una abuela que dejo cierta huella en mi. Siempre que despertaba, en aquellas épocas alrededor de las siete de la mañana, me ofrecía un cubo de hielo y un fuerte abrazo cuando volvía a verla.
Con el tiempo ella se deterioro, tuvo cáncer de piel y murió por las piedras en su estomago. O por lo menos así me dijeron, nunca me adentre a buscarle un nombre a aquella patología, simplemente fue la enfermedad que la mato.
Tenia ojos grises, como cuando se avecina una tormenta, y demostraba su afecto en pocas y fuertes dosis, algo así como el veneno. No hablaba mucho, y cuando lo hacia era consigo misma. La encontrabas cocinando, hablando en alemán, o simplemente palabras sin sentido. Ritmo, pozo, emulsión.
En la escuela no tenia amigos. Una vez que me mude de aquella ciudad nunca volví a ser la misma. Nunca había sido normal, actuaba como un animal. Específicamente un león.
En el colegio jugaba a morder a los varones, mientras ellos me llamaban "leoncita". Para ellos era muy gracioso que me considerara un animal, y por eso me trataban como uno. En cambio yo me lo tomaba muy en serio, y recibía muchas veces cada golpe como una señal de que algo estaba haciendo bien. Podía resistir, yo era fuerte, grande, era una "leona". Me consideraba indestructible,si, mi inocencia era exuberante cuando tenia 10.
Mis compañeras me miraban con indiferencia, incluso a veces hasta con algo de celos. Yo era la única mujer que jugaba con varones a ser un animal. Infantil en un principio, humillante al final.
Y es que uno no puede pretender ser algo que no es. Yo no era una "leoncita" y con el paso del tiempo me costo adaptarme a ese apodo. Me costo integrarme, supongo que no quería hacerlo, yo me auto-excluía de todo. Ellas jugaban a saltar la soga, y yo recorría la baranda de un lado hacia el otro con un alfajor en la mano. Así. Todos los recreos.
Pensar en la normalidad a esta altura de mi vida me da asco. Ni siquiera se porque escribo sobre esto. Normal no debería ser una palabra. La "normalidad" no debería existir. Y es que si uno se llama Axia y tiene problemas para socializar y un padre denigrante, bueno, eso no es normal. Por lo tanto yo no pertenecía a ese circulo.
Por eso aprendí a ser tan fría como el cubo de hielo que me ofrecía la abuela, y tan sofocante como sus abrazos. Irónico era ser así, sofocante y fría. Álgida y destructiva en todo sentido. No solo destructiva con los demás, sino que también conmigo misma. Tenia esa extraña costumbre de siempre querer reemplazar el dolor con mas dolor, para así sufrir el doble, y saben que, se siente bien hacerlo. Es liberador.
En un principio arrancaba piel de mis labios, de mis dedos, de mis nudillos. Me gustaba ser la razón de mi destrucción, y que a veces no hubiera razones para destruirme. Me gustaba usar partes de mi cuerpo para sangrar. No era de esas que adoraban los utensilios, yo adoraba mis parte filosas. Mis dientes. Mis uñas. Es mas, las limaba de manera de que produjeran cierto daño. Mi dedo favorito era el meñique, porque siempre crecía rápido y estaba cerca del exterior. Siempre tenia mas fuerza con ese dedo, siempre podía profundizar mas.
Era tan practico ver como hacia palanca cuando lo depositaba en la piel sensible, casi diría que era automático. Todos los que se mutilan usan lineas, lineas y lineas. Lo mio eran los picos. Arriba, abajo,arriba, abajo. Me gustaba formarlos, amoldarlos, que fueran irregulares como un electrocardiograma. Y cuando terminaba cerraba mi puño y bombeaba sangre "abierto, cerrado, abierto, cerrado" y los tendones se removían en su lugar, y lo rojo salia, salia y salia.
También me gustaba acumular sangre en un región, cortar y dejar fluir. Supongo que era como un reflejo de mi vida. Acumular errores, herirme y dejar pasar, como si realmente no me importara, como si el no importase mas...
En la escuela siempre tenia muchas gomas de borrar. Ya saben, esas cosas blancas que usan los fracasados cuando se equivocan. Yo la usaba mucho y eso me molestaba. Yo consideraba a mi dedo meñique como mi goma de borrar, borraba el dolor y lo reemplazaba por otro. Pero odiaba tener que usarlo. Incluso llegue a amar mis errores, esos que dejaba con mi dedo, no se, quedaban lindos en mi cuerpo, no quería eliminarlos. Me hacían sentir. Ser mas humana y menos animal.
Supongo que esas etapas de "reemplazo de dolor" ya quedaron atrás. Era chica, estúpida, vivía momentos muy lúgubres. Ahora suelo lastimar a los demás para que se alejen y no causen cosas en mi. Que graciosos, Nicolas siempre me decía ese era un paso hacia delante, por lo menos ahora no me perjudicaba a mi misma.
Nicolas...
Abrí los ojos lentamente, exaltada por un particular olor a rosas. Odio las rosas, hermosas y con espinas, son un dilema, una ironía.
Deje de pensar por un momento y examine mi entorno.
Alguien había estado aquí. Había un pila de medicamentos organizados con extrema pulcritud, una bolsa de hielo perfectamente conservada, y agua en un vaso completamente transparente. Todo esto depositado en mi mesa de luz. El baño no se encontraba inundado. Limpio. El placar, la ropa, la cama. Todo en orden, excepto yo. Por dentro estaba podrida, yo lo sabia, el lo sabia, cualquiera podía deducirlo.
Mire la nota que se encontraba adjuntada junto con la larga lista de antibióticos.
"Antes de retirarte a la escuela, tome un dosis de diclofenax y aplique hielo en la prominencia, recuerde sus horarios y obligaciones. Logre encontrar su Mustang, esta en el garage. Sea mas moderada con estas situaciones y le ruego intente no repetirlas."
Atentamente Clinton.
PD: Dele las gracias de mi parte a la muchachita que la trajo.
Resople.
Mire la hora. Tarde, como siempre.
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BAD GIRL
JugendliteraturA veces la gente no nace con largas cabelleras doradas y una actitud enternecedora. A veces solo salen como ella. No es que eso sea malo si se toma en cuenta lo físico, pero resulta que cuando se habla de actitud... Bueno, ella demuele cualquier al...