Un quirk, parecido a una maldición si no lo logras controlar.
Un villano, la única maldición irrevocable en su vida.
Un amor imposible.
"Lo mejor de la vida es arriesgarse, sobretodo cuando es por amor".
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T/n será llamada Den Igirashi en esta h...
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Caminaba hacia la casa después de clases, y mis nervios comenzaron al pensar en que probablemente vería a Dabi en mi habitación.
No podía dejar de pensar en esa escena, Dabi se excito con un beso, y la erección no era muy pequeña que digamos, estaba tan ansiosa que no me di cuenta cuando ya había llegado a la casa. Abrí la puerta y me recibió mi abuela con un abrazo.
-¿Cómo fue tu primer día Den?
-Pues normal creo, el profesor dijo que la persona que quedara de último en las pruebas sería expulsado. -Mi abuela me miro con espanto. -Pero después dijo que era algo así como una motivación. -Mi abuela reacciono con una risa.
-¿Qué quieres comer para la cena? -Preguntó mientras caminaba hacia la cocina. Pero sinceramente no creo que mi ansiedad me permita comer.
-No tengo hambre abuela, pero gracias. Iré a mi cuarto. -Y antes de que mi abuela pudiera rechistar yo ya estaba subiendo las escaleras.
En cuanto abrí la puerta de mi cuarto me decepcione al no ver a tal azabache, pues solo encontré mi cama vacía. Pero supe que estuvo aquí en cuanto vi que mi vacía cama estaba algo desordenada, y yo recordaba haberla dejado bien ordenada en la mañana.
Me acosté en esta, y un cosquilleo apareció en mi estomago al sentir el olor de Dabi aún en mi cama. Ni en un millón de años, ni con un millón de palabras, podría explicar lo que él me hace sentir, es como si estuviera subiendo a una gran altura, y justo antes de caer siento ese cosquilleo, ese que da miedo, pero me agrada. Me da miedo caer, pero me agrada saber que algo me detendrá la caída. Una soga imaginaria.
Volví a la realidad en cuanto la puerta de mi baño se abrió, dejando ver a ese azabache que tanto quería ver. Mis impulsos me ganaron y yo ya estaba abrazándolo, aferrándome a él, como si fuera lo único que tengo.
-¿Paso algo en tu primer día? ¿Tengo que ir a golpear a alguien?
-Cállate. -Dije a pesar de estar riéndome.
-Cállame. -Respondió mientras se separaba del abrazo para tomarme de los hombros y mirarme fijamente.
Sonreí, y con el valor que no sabía que tenía, me acerque a él, lo tome del cuello, y uní nuestros labios en un beso, uno que ambos profundizamos apenas pudimos, él tomándome de la cintura y acercándome a su cuerpo. Y yo tomando su pelo tirando de este.
-No juegues con fuego cariño. -Se separo un momento para mirarme fijamente, tratando de controlarse.
-¿Por qué? -Pregunté haciendo como si no supiera.
-Porque te puedes quemar.
Sonreí, y sin dudar volví a besarlo, tirando de su pelo. Él sin dudar me acerco tomándome de la cintura, como suele hacer siempre, y creo que ya le estoy agarrando algo de gusto. Nos separamos solo para poder tomar aire, y luego de unas cuantas respiraciones nuestros labios volvieron a unirse.
