Prohibido no sentir.

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Ella era una explosión, nunca se podía saber que iba a sentir al día siguiente. Sus emociones eran gigantes, no existía el punto medio o era amor o era odio.

Y ahí está el problema porque la relación entre esos dos grandes sentimientos también es impredecible. Hay quienes dicen que del amor al odio hay un solo paso y viceversa.

Pero ella se negaba a sentir amor, prefería enterrar todo aquello que ocurría en su cabeza y si tenía que porponerse odiar lo hacía.

Pero, de repente casi sin notarlo se encontró bailando una tarde de otoño en el living de su casa mientras sonaba aquella canción en la radio.... y pensó en el.
Claro que aún no sabía qué ese sentimiento era amor, sino que tuvo que esperar a que diás más tarde la radio volviera tocar aquella hermosa balada.

Y ahora sí que explotó en emociones... Ya no era solo la canción, era un aroma, una comida e incluso el recuerdo de algún chiste mal contado que había mencionado él en alguna juntada hace meses atrás.

Lo pensaba y sonría, lo pensaba y lloraba porque sabía que todo aquello que se había imaginado no iba a llegar.
No porque él fuese malo, claro que no. Para ella él era aquel príncipe de cuentos de hadas, de esos que no existen pero, que por alguna razón él reunía todas las características de pies a cabeza.

Incluso se propuso odiarlo, encontrarle algún defecto, aunque sea el más mínimo  para verlo imperfecto por un rato. Pero mientas más buscaba aquella imperfección más se enamoraba.

Nadie nunca la había hecho reír y disfrutar tanto, pero lo más importante es que antes de él jamás se había sentido tan cómoda, segura y nerviosa, en un buen decir, que  como cuando estaba a su lado.

Había caído en la cuenta de que los sentimientos no se podían apagar, que su corazón se iba a continuar acelerando al tenerlo en la misma habitación, que sus manos temblorosas y sus palabras trastabilladas seguirían presentes cada vez que él se le acercara.

Deseaba con una absurda y patética ilusión que él la mirase aunque sea alguna vez, que le dijese algo lindo incluso algo mínimo. Pero se dio cuenta de que no iba a suceder porque a pesar de verla ni siquiera la miraba, y ella al notarlo rompió en tristeza.

Tristeza porque sabía que todo aquello que el chico podía sentir no era más que amistad, y de la amistad al amor.. ahí si que los pasos son tann pero tann largos que es casi imposible.

Pero, esta vez se propuso no odiar. No quería pasar del amor al odio, porque por primera vez le gustaba sentir algo por él y se propuso que seguirá enamorada. No sabe por cuanto tiempo, tampoco le interesa ya que el lo sepa. Solo disfrutará de la relación que tienen y si algún día el siente lo mismo entonces tal vez pase algo.

Pero ojo, tal vez ella se desenamore y el caiga perdidamente enamorado y entonces se produzca un hermoso desencuentro.

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