Relatos a Nadie

Bella durmiente.

Allá donde nada duele, donde el sol brillante ilumina con una cálida luz, donde las hadas y los duendes se distinguien a simple vista... es allá en el país de los sueños donde reina la paz.

Aquel lugar donde la joven de mirada triste sonreía sin cesar, dicen que lo recomendable es llegar a ese destino cuando cae la noche. Pero ella había encontrado la forma de visitarlo varias veces al día después de todo solo ahí se sentía plena, en paz, feliz.

Si tan solo se hubiera percatado del peligro que generaba pasar allí más horas que en la realidad, perdida en su mente, atrapada en la tranquilidad. El soñar constante produce que te olvides de vivir, ¿Pero quién quisiera vivir su vida? Si tan solo con levantarse la nube gris opaca todo intento de luz, si solo se pasea por las calles con la mente vacía.

Con dolor en el pecho, pero con vacío en lugar de corazón. Le duele todo y a la vez no siente nada, su cabeza sobre piensa pero sus pensamientos están en blanco.

Se apresura por llegar al reino de la paz, porque aúnque las pesadillas abundan más de lo habitual nada es más terrorífico y frío que su realidad.
Si alguien la encontara en los sueños vería que todavía le queda algo de esencia, algo de brillo, de felicidad. Pero quien la buscaría allí si ni ella puede encontrarse en el mundo real.

Perdida, encontrada en aquel rincón hablando con los duendes pidiéndoles una pizca de brillo y una gota de fe para poder afrontar con voluntad a la siguiente mañana.

Corriendo el riesgo de quedarse atrapada en el país de los sueños para siempre, suplicando algún día regresar a la rutina y cayendo en la añoraza de lo que alguna vez fue su vida.