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7. Decepciones

Termino mi desayuno…

Estoy sentada en el comedor con Ethan, ya es lunes y eso quiere decir, de nuevo a la cárcel– quiero decir la escuela– mamá y papá no están, ambos están en sus trabajos, así que me quedo a mi la responsabilidad de hacer el desayuno, y también quiere decir que tendremos que esperar el autobús, y lo tendré que hacer con mi hormonal hermanito– río por lo bajo, gracias a mis pensamientos– no puedo evitar no olvidar este fin de semana tan raro que tuve que pasar con mi hermano, fue muy raro enserio, pero lo superamos juntos y separamos la incomodidad de la situación y nos adaptamos, así que estamos bien, pero no puedo evitar reír cada vez que lo recuerdo.

Ambos llevamos los platos a la cocina para lavarlos y luego salir y esperar en la parada; mientras lavo los platos junto a Ethan, suena el timbre de la casa, miró a Ethan con cara de ¿quién será? Pero el me devolvió la mirada con una exactamente igual…así que me seco las manos y camino en dirección a la puerta para ver de quién se trataba, y antes de abrir asomé mi ojo en la mirilla de la puerta, y… bueno, esto no lo esperaba, para mí sorpresa, era Masón.

Masón y yo llevamos siendo novios hace unos meses, lo conocí porque un amigo lo trajo una vez a mi casa, y ahí comenzamos a tratar, él le quito mi número a mi amigo y comenzó a escribirme, me enviaba todos los días, y comenzamos a salir luego de eso, en una salida que tuvimos en grupo, él me separó de todos y me pide que sea su novia dándome un anillo de plata, eso para mí, en ese momento fue algo muy romántico, y la verdad, era la primera vez que me lo pedían, y no lo pensé mucho y le dije que sí… además él no era nada feo, era alto, corpulento, de cabello café, y alisado, unos ojos verdes algo más opacos que los míos y lo que más me interesaba de su físico eran esas pequeñas y casi invisibles pecas que se le notaban muy poco en los pómulos y parte de la nariz, era muy atractivo, así que tal vez eso también influyó en mi decisión, no lo sé.

Abrí la puerta…

–Ho… hola amor – lo saludé de manera extrañada y algo confundida, él nunca se había tomado el derecho de haber venido a la casa antes de la escuela– ¿Qué… ¿Qué haces aquí?

–¿Qué no es obvio?– se acerca y me besa los labios– vine a buscar a mi chica, para llevarla a la escuela en mi nuevo auto – gira sobre sus pies y me señala un auto deportivo de color negro, no tengo idea de que marca sea, pero luce muy costoso y hasta diría que es un último módelo, parece un Mustang o no sé– ¿Qué te parece?

–¡Wow! ¿Eso es tuyo? – pregunté sorprendida la verdad.

–Así es, me lo regaló mi papá– lo dijo de una manera tan arrogante e inflado de todo su egocentrismo.

–¿Enserio? Pero… ¿por qué? Aún no cumples años.

–Pues me lo regaló porque si y ya– wow de verdad que a los ricos de clase alta les encanta gastar dinero solo porque sí.

–Si me dieran obsequios solo porque sí, sería muy feliz y tendría una mansión en las Bahamas con un corral lleno de unicornios que cuidaría todos los días y …– no pude terminar de hablar porque se comenzó a reír de manera evidentemente forzada y tan de repente, y fue una risa de esas como si estuviese confundido o no entendiera que estoy hablando, la verdad eso me hizo sentir, no lo sé, rara, pero no rara de una sensación extraña, sino rara de que me hizo sentir que yo era rara, así que me callé.

–¿Nos vamos?

–Pero… ¿Y mi hermano? No puedo dejarlo ir solo.

–Pfff– resopló – no lo se, ese no es mi problema, que se valla en el autobús, que se yo… pero no meteré a un niño emo y maloliente en mi auto nuevo.

Cicatrices (El Inicio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora