4

33 4 0
                                    

4. La Fiesta Y Su Desventajas

A unas dos mesas de distancia, lo veo, veo a un chico enmascarado como todos pero puedo notar perfectamente que tiene la mirada fija en mí, y yo...yo, no puedo apartar mi mirada de la suya, nos quedamos así viéndonos por otros segundos hasta que llega Naomi en la mesa de nuevo, parece algo ida, mareada, desorientada, algo me dice que vomitó- le quitó la mirada a lo que queda de mi amiga, y quiero volver a ver en dirección donde estaba el chico misterioso, pero no lo ví, se había esfumado.

Cinco minutos después, llega Skyler, muy enrojecida, ella es muy blanca y tiene toda la cara roja, algo me dice que hizo algo más que bailar con el chico de los dioses.

-Wow ¿te divertiste?- su sonrisa me lo dijo todo, fue una sonrisa muy atontada, cómo cuando te dan tu primer beso y piensas que será tu príncipe azul para siempre- ¿Qué tal el chico? ¿Cómo se llama? ¿Qué edad tiene? ¿Dónde vive? ¿Qué tipo de sangre es? !Dime Mujer! ¡DIME!

-Tranquila chica, jajajaj, si te soy sincera ni su nombre le pregunte.

-¡QUEEEEEE!- la quiero abofetear por estúpida- ¿Estás loca?

-No es la gran cosa, si, es lindo y todo, pero no quiero nada serio por ahora, prefiero estar sola, y además no quiero otra decepción como Marcus- hizo una pausa y tragó fuerte- creo que estoy abrumada, quedé marcada por eso, ahora mi mayor miedo es que mi novio tenga el miembro pequeño- aww no pude sentir lástima por mis amigas, una traumada por su ex-novio y la otra está tan ebria que apenas y puede estar con de pie.

-Chicas…- Naomi se dignó a decir una palabra- creo que voy a …- no, no le dió tiempo de decirlo, porque ya estaba vomitando el hermoso vestido verde agua de mi amiga- lo… lo siento.

-Ahg, nooooo, ¿Porque a mí me pasan estas cosas?- Naomi siguió disculpándose- ya, ya cálmate, mejor vamos al tocador para que tomes algo de agua y yo pueda lavarme el vestido… ya volvemos Mack.

Y así, mientras ella iban al baño oliendo a vómito, yo me volvía a quedar sola en la mesa, y ya me estaba comenzando a doler la cabeza, y me sentía un poco mareada, pero aún no tenía náuseas, así que no iba a vomitar, aún.

Centré mi vista en la pista de baile, y a medida que mi vista se desplazaba por todo el lugar, frené en seco cuando ví a ese chico extraño otra vez, está vez estaba apoyado en un pilar, y me estaba observando, ¿Porque me observaba tanto? - pues al parecer ya estaba a punto de averiguarlo…Porque comenzó a avanzar, y venir justo hacia a mi, y fue ahí donde mis alarmas internas se activaron, recuerdan la escena de la película de Disney "intensamente" dónde las emociones del papá de Riley empezaron a correr a todos lados, alterados, con luces rojas destellando por todo el lugar… bueno, justo así estaba mi cabeza en estos momentos, apenas pude reaccionar, tome mi teléfono, y mi bolso…Para cuando me levanté, ya era demasiado tarde, porque él ya se encontraba justo enfrente de mí, de nuevo, quedamos solo viéndonos los ojos, sus ojos... tal vez y sea por la oscuridad del lugar, pero los veo y son totalmente negros, no puedo ni siquiera diferenciar la pupila del iris, y son, hipnóticos, me perdí fácilmente en esos ojos que pareces un pozo lleno de agua, y está tan profundo que todo lo que veo es ese color negro, un negro muy profundo.

El rompe el silencio preguntándome:

– ¿Puedo sentarme aquí?– por los dioses del Olimpo, su voz, me dejó a mí sin voz, y yo que pensaba que la voces que describen en los libros no existían, y mira "cachetada de realidad"; su voz es ronca y arrastrada, tanto que si pudiera, diría que es una voz baja bragas, por qué ¡Dios Mío!... pero tiene también un pequeño y leve tono de suavidad que te llena de tranquilidad y confianza, confianza que me tranquiliza un poco, y hace que mis barreras de alerta bajen un poco, así que me atrevo a responder.

–Eh, si, cl... Claro que sí– no se porque estoy tartamudeando, pero a él parece no darle mucha importancia, y toma asiento al igual que yo.

– ¿Por qué está una chica tan hermosa como tú, tan sola?– me pregunta este chico con su voz mojabragas y con mucha seguridad.

– No estoy sola, mis amigas fueron al baño, por… por un accidente.

Se me queda mirando muy suspicaz.

– Mmmmm, entiendo, y... ¿Cómo te llamas?

– Cooper, Mackenzie Cooper– lance sin más, tal vez debería de estar desconfiando o teniendo malicia, porque es un chico que no conozco, pero hay algo en el que me tranquiliza– ¿Y tú?

Iba a responder cuando de repente el DJ hace un cambio de género en sus músicas y comienza a sonar una canción muy lenta. Luego él se levanta y me propone.

– ¿Bailamos?– me quedo pensativa, y bueno, no puedo decir que no, sería muy descortés, así que me levantó y avanzó con él hacía la pista de baile, nos quedamos parados uno frente al otro, él toma mi mano y mi cuerpo se estremece con su contacto, y me dice– oye, no tengas miedo– lleva mi mano izquierda y la posiciona sobre su hombro, mientras luego lleva su mano derecha a mis caderas, y con su mano izquierda toma mi derecha, y él me apega un poco más hacia su cuerpo, sin ser brusco, y gracias a eso ya puedo sentir el calor que emana su cuerpo, nos quedamos mirando y luego esboza una sonrisa muy adorable y me guiñe el ojo.

Estamos bailando una canción de Billie Eilish "Ocean Eyes"

Luego de estar un rato así, bailando mientras nos miramos, cuando ya no puedo seguir manteniendo la mirada, las separó, y me excuso preguntando:

– ¿Sabes quién hizo esta ridícula fiesta? ¿O quiénes son los misteriosos dueños?– mi curiosidad salió a flote y comencé a preguntar– ¿No te parece raro que unas personas compraran una mansión abandonada en este pueblito? A mí me parece sospechoso y extraño, ¿Que querrán? Deben de traerse algo entre manos– dictamine y luego noto que él frunció el ceño y me parece algo raro– ¿Pasa algo?

–Si, lo que pasa es que si conozco a los dueños de la casa, y no, mi familia y yo, no traemos nada entre manos, y si compramos está mansión es porque era de mi abuelo.

Cuando me dice eso, me encuentro confundida y me separo de él, muy sorprendida, así que de la vergüenza intenté alejarme e irme, pero de repente tropiezo con alguien y resbalo, pero mi cuerpo no impacta con el suelo, porque él me toma por la cintura, y su aroma a perfume masculino invade todo, y me siento en otro mundo, o como si todo se detuviera y solo estuviéramos nosotros dos ahí, en ese momento mirándonos tan cerca, y por unos segundos no decimos nada.

Hasta que me separo de él y digo.

– Debo irme a casa– pero él sonríe y me dice.

– Mackenzie, un gusto conocerte, nos veremos luego, lo prometo...

Dicho eso, empiezo a caminar hasta que lo vuelvo escuchar.

– Por cierto, Me Llamo Jordan.

Cicatrices (El Inicio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora