Con el arresto de Hagrid ya no se produjeron más ataques y el colegio relajó sus medidas de seguridad. Por ejemplo, los estudiantes ya podían circular libremente por los pasillos entre clases. También se anunció que las mandrágoras estaban listas para ser cosechadas y preparar con ellas la poción que reanimaría a los petrificados. Con esos pequeños cambios el ánimo de todos había mejorado notablemente.
Sin los entrenamientos de quidditch, Harry pudo dedicar más tiempo para preparar sus exámenes finales. Del segundo año de Slytherin él, Theodore Nott y Daphne Greengrass pasaban largas horas en la biblioteca. Sus compañeros creían que estaban locos. Al finalizar una de estas sesiones de estudio, Harry casi se dio de bruces con Neville y Ron. Los chicos de Gryffindor estaban muy alarmados y Harry se despidió al apuro de Theo y Daphne, para ir con sus otros amigos a los baños de Myrtle.
―¿Qu...? ―Ron casi le estampó una hoja en la cara. Cuando Harry la planchó un poco y leyó, primero su rostro se iluminó, pero luego su expresión pasó a ser taciturna―. Por supuesto que el heredero de Slytherin no iba a hacer el trabajo sucio. Así que no solo existe la cámara, sino que es un lugar enorme como para contener a un basilisco.
―Her-Hermione tenía esa hoja en su mano. Fuimos a visitarla a la enfermería ―explicó Neville.
―Ginny sabe algo ―terció Ron.
―¿Cómo? ―Harry fingió sorpresa, pero ya había observado a la niña y notado que pasaba largo tiempo ausente
―No lo sé. Quería hablarnos, hoy, en el desayuno, pero el idiota de Percy la asustó ―contestó Ron malhumorado.
―¿Qué crees que deberíamos hacer, Harry? ―cuestionó Neville.
―Ir derechito con McGonagall. Los ataques no pararán hasta que se encierre de nuevo al basilisco.
Los tres niños salieron con dirección a la sala de profesores, la cual, sorpresivamente, estaba vacía y mientras esperaban a que alguien hiciera acto de presencia, la voz amplificada de la profesora McGonagall retumbó en las paredes:
Atención. Todos los alumnos, sin excepción, deben reunirse inmediatamente en sus salas comunes. Se convoca toda la planta docente a una reunión de emergencia.
Fuera de la sala se escuchó a los alumnos corriendo y gritando por los pasillos y a los prefectos tratando de imponer algo de orden. Harry tomó de las túnicas a Ron y a Neville y los arrastró a un armario al fondo del salón. Apenas hubo cerrado la puerta del mueble, los profesores también entraron como en una estampida.
―El heredero de Slytherin ha secuestrado a Ginny Weasley ―soltó la subdirectora. Sus colegas palidecieron e incluso el profesor Flitwick sollozó un poco―. Mañana, a primera hora, los estudiantes bajarán a Hogsmeade para tomar el expreso. Hemos de escoltarlos hasta Kings Cross.
―¿Y el heredero? ―preguntó la profesora Sprout.
―Después nos ocuparemos de él o ellos. Nuestra prioridad son los estudiantes...
* * *
Cuando los profesores abandonaron la sala, Harry, Ron y Neville siguieron a Gilderoy Lockhart hasta su oficina. Este había llegado tarde a la reunión y el resto de profesores no dudaron en encargarle las tareas de rescatar a Ginny y capturar al heredero. En el momento que el profesor abrió la puerta los niños lo empujaron y cerraron con llave.
―¡Profesor Lockhart, creemos saber en dónde está la entrada a la cámara! ―anunció Harry. Ron y Neville, que ayudaban al profesor a levantarse, lo miraron desconcertados, como si se preguntaran "¿En serio?".
―¿Qué...? ¡Oh, Harry, por favor! Sé que eres un genio. Pero esto te supera, me supera.
―¿Lo supera? ―atacó Harry―. El que liberó a un pueblo del acecho de los hombres lobo ¿no tiene el talento para enfrentarse a un basilisco?
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Harry Potter. El refugio de la serpiente
Fiksi PenggemarUna vieja leyenda recorre los pasillos de Hogwarts, frente a las narices de un famoso mago aventurero. Una vez más, Neville y Harry se enfrentarán a los vestigios de un pasado común.