capitulo 31

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Negué con la cabeza desaprobando lo sucedido y me puse de pie.

—Mira tú labio— acaricie su mejilla — ¿No te duele? — le pregunte y se puso de pie.

—En lo absoluto— sonrió —Valió la pena, hace tiempo que quería poner en su lugar al imbécil ese — me tomo por la cintura y nos hizo girar ahora dejándome de espaldas hacia la escena de la cafetería.

— ¿Y por qué?— pregunte tratando de averiguar por qué lo detestaba tanto.

—Es un creído— soltó molesto —Cree que le tengo miedo— rio. 

—No le hagas caso— le dije dando un beso en su mejilla — ¿Seguro que no te duele?— estaba hinchado su labio, se veía gracioso.

—Que no— pasó sus manos por mi cintura abrazándome, estábamos en la cafetería abrazados, esto sí que era un gran avance.

—Eres un mentiroso— le dije riendo. 

—Claro que no— dijo ofendido —Ya te dije que no es nada — suspire, jamás aceptaría que le dolía.

— ¿Iremos al juego?— pregunte cambiando de tema y negó con la cabeza.

— ¿Iremos?— se burlo —Yo no, estoy suspendido eso incluye todas las actividades extracurriculares— explico —Pero tu si, tu eres porrista— me recordó. 

—Ya te dije que si tú no estás en el equipo yo dejo de ser porrista— puse mis manos en su cuello y lo acaricie lentamente.

— ¿Por qué entraste entonces? 

—Por ti— confesé y abrió los ojos a tope —Cuando supe que estabas en el equipo entre— sonreí. 

—No te creo— entrecerró sus hermosos ojos.

—De verdad— confirme —Solo por ti Choi— no estaba siendo del todo sincera y por primera vez en mi corta vida. Me dolía mentir —Así que no iremos— le sonreí de oreja a oreja.

—Sabes... me gustaría ir a ver como pierden el partido sin mi— levanto ambas cejas. 

— ¿Ahora quien es el creído?— me guiño un ojo y se acerco lentamente a mí pero el estruendoso timbre nos interrumpió obligándonos a ir a clases. Minho rodo los ojos y yo solo reí.

—Vamos— le dije tomando su mano

—No— soltó mi mano —Tu iras— sonrió —Por enésima vez te recuerdo que estoy suspendido— mire hacia abajo, ¡Una semana sin verlo! No sé si resistiría.

—Entonces...— dije volteando a ver como todos comenzaban a desaparecer de la cafetería — ¿Nos vemos luego?— pregunte esperando un 'Sí'.

—Tal vez— contesto como si no tuviera el mínimo interés en verme. Mi mandíbula casi perfora el piso. Soltó una carcajada y nuevamente se acerco a mi más rápido, tratando de capturar mis labios. — ¿No me vas a dar un beso?— pregunto ya que había corrido mi rostro. 

—No— le sonreí y me di la media vuelta.

Martes. Baje de mi auto, no podía evitar sentirme desanimada. No solo por el hecho de que la apuesta con Onew me preocupaba, si Minho se llegara a enterar ni siquiera quiero imaginarme como se pondría. Había que terminar con esto ya. 

Levante mi mirada y ahí estaba, recargado en la maletera de su auto. Vestía unos pantalones camuflados y una camiseta negra ajustada que simplemente me dejaba sin habla.

—Hey— escuche que me llamaba —Hey— una vez más, sin embargo no voltee. Y pude escuchar sus pasos detrás de mí —Te estoy hablando— dijo sujetándome del brazo para evitar que siguiera caminando.

Tu y Yo minho y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora