capitulo 30

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Me di la media vuelta pero lo vi y recordé lo bien que la habíamos pasado el viernes, sábado y el domingo. Así es había salido todo el fin de semana con él. 

El sábado nuevamente me invito a cenar y esta vez se vengo diciendo que no me conocía lo suficiente para besarme y el domingo habíamos estado en su casa. Así que no la pasamos con Jared y Anna.

—No Onew, no puedo seguir jugando con el— me di rápido la media vuelta hacia mi amigo y de inmediato lleve mi mano a mi boca —Mierda Onew— casi grito reclamándole por no avisarme que Tamara estaba ahí.

—Perdón, pensé que ya no dirías nada — dijo con los ojos abiertos a tope.

—Y-yo lo... lo siento— balbuceo Tamara nerviosa —No era mi intención escuchar— cubrí mis ojos con desespero y una vez más me gire para caminar hacia mi casillero ignorando los llamados de Tamara. 

— ¿Mala mañana? — me encantaba sentir su aliento en mi oído.

—Pésima— confesé largando un suspiro.

— ¿Te ha molestado alguien? — pregunto serio.

—No— reí —Un problema con Onew madamas— saque el último libro que necesitaría para las clases de hoy. 

— ¿Segura?

—Completamente.

—Bien— el timbre nos indico que era hora de entrar a clase. Física, nos tocaba juntos.

—Hey ¿A dónde vas?

—A mi lugar— conteste obvia y negó con la cabeza, la ladeo hacia la izquierda indicándome que lo siguiera.

— ¿De verdad? — pregunte con los ojos abiertos a tope, quería que me sentara con él. 

—De verdad— afirmo y sin pensarlo dos veces lo seguí.

—Muévete— le ordeno a un sujeto que la verdad ni sabía que estuviera en el salón.

—Pero ahí hay dos lugares— señalo intimidado los dos sitios de adelante.

—Muévete— repitió y estaba por decirle a Minho que nos sentáramos en los de adelante cuando el sujeto tímidamente se puso de pie. Dejando libre el lugar.

—Eres un brabucón Minho— le dije riendo. 

—Siéntate— me dijo cediéndome el asiento de atrás.

La clase comenzó, era primera hora y yo ya quería salir corriendo. Bueno todos queríamos salir corriendo. El profesor explicaba el procedimiento para la resolución de unos problemas y no dejaba de escribir. El marcador azul rechinaba al ser presionado contra el blanco pizarrón.

Minho con fastidio hecho la cabeza hacia atrás, por lo que no dude ni por un segundo divertirme con su castaño y alocado cabello. Con mi mano empecé a peinar sus mechones.

—Me encanta tu cabello— confesé en un susurro inconscientemente, volteo a verme y sonrió. 

Levanto su cabeza volteando nuevamente hacia el pizarrón, dejando al descubierto un poco de piel de la parte baja de la nuca. Con la punta de mis dedos hacia pequeñas caricias provocando que se estremeciera.

—Basta— susurro.

— ¿No te gusta?

—Sí, pero...— volvió a estremecerse 

— ¿Se encuentra bien Sr. Choi?— todos voltearon hacia Minho quien solo asintió con la cabeza. 

Todos regresaron su mirada al frente excepto Onew y Tamara, quienes seguían observándonos, los aniquile con la mirada a ambos. Estaba realmente enojada. Onew seguramente ya le habrá contado sobre la apuesta. Lo cual se convertía en un enorme problema.

Tu y Yo minho y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora