capitulo 33

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Llegue a casa, aun no había llegado mi madre. Seguramente otra de sus 'Cenas importantes' 

Quite mis botas y las puse en el primer escalón para poder ir a la cocina, tome un vaso y lo puse en la barra para sacar jugo del refrigerador. 

Ya servido agarré el vaso y regrese a las escaleras para tomar las botas y ahora si subir a mi habitación pero el sonido del timbre me detuvo, volteé hacia la puerta y una vez más sonó el timbre. Deje de nuevo ambas cosas en las escaleras y camine hacia la puerta.

— ¿Que quieres? — pregunte abriéndola. Si no hablaba ahora mismo la cerraría y subiría a mi habitación. Levanto la mirada y la conecto con la mía. Pero lejos de emitir palabra alguna me tomo del brazo y me atrajo hacia él y con un veloz giro me acorralo contra la pared. 

—Me encantas, me vuelves loco, me mata de celos que todos volteen a verte cuando llegas a algún lugar, odio que el estúpido de Aaron se te acerque, me gusta tu carácter, excepto el de la _____ engreída que se que no es tu verdadera forma de ser, me gustan tus vestidos—inhalo profundamente ya que hablar tanto y tan rápido lo había despojado de todo el oxigeno en sus pulmones —Te quiero _____...

No lo deje pronunciar una palabra más, ni siquiera lo deje respirar cuando ya estaba colgada de su cuello besándolo.

—Cu-Cuando quieras te presto mis vestidos— dije entre besos riendo ya que había dicho que le gustaban —Creo que te quedaran algo cortos...— regrese a sus labios.

—Los prefiero en ti.

—Yo te dije primero— reprocho despeinándome. 

—No— dije riendo tratando de acomodar mi cabello nuevamente —Anda— suplique.

—No creo que a tu madre le guste— se puso de pie. 

—No llegara, aun es temprano— me pare en mi cama —Además nunca tiene hambre— dije imitando el estirado tono de voz de mi madre —Y no quiero cenar sola— se acerco a mí volteando hacia arriba debido a la altura a la que yo estaba.

—Ya te dije, vamos cenamos y te traigo— insistió.

—Minho...— alargue. 

—Está bien ¡Ya!— se rindió y sonreí victoriosa. Tome su mano y salimos de mi habitación.

Minho bajaba con pesadez las escaleras mientras que yo al contrario saltaba como niña pequeña. A mediación de la escalera se escucho la puerta de la entrada cerrarse y me detuve en seco. El sonido de unos tacones en el piso me indico que era mi madre. Inhale y exhalé profundamente suplicando por dentro que no se comportara grosera con él.

—Creo que será mejor que me valla— susurro Minho en mi oído.

—No— le conteste seria —Yo te invite a cenar— le sonreí.

—Puede ser otro día si quieres— se acerco a mí y beso mis labios.

—No— fruncí el ceño dejándole claro que no se hablaría más del tema.

Llegamos al último escalón y pude ver a mi madre viendo cartas y recibos que estaban en la pequeña mesa del living. Volteo cuando sintió nuestra presencia.

—Valla... — dijo examinándolo de pies a cabeza.

—Buenas noches— saludo Minho cortésmente.

—Buenas noches— dijo con mirada de desaprobación.

—En verdad _____ — susurro una vez más —No quiero incomodarte ni mucho menos causarte problemas.

Tu y Yo minho y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora