Cafuné
El acto de acariciar el cabello de alguien.Solo sabían que querían terminar lo que empezaron porque lo que tuvieron antes de la ceremonia fue una previa, necesitaban más y a regañadientes se abstuvieron de joderse en el baño, ya que estaban cien por ciento conscientes que si lo hacían se retrasarían y no llegarían a su boda.
En la actualidad muchos prefieren solo estar unidos, vivir juntos y ya, pero Agustin y Marcos en serio querían formalizarlo ante la ley. Además, cuando eran unos nenes de diecinueve años, soñaban con su boda, no fue lo que pensaron, claro que no. Sin embargo, fue especial.
De hecho Marcos tuvo que guardar su regalo de bodas, tocar una melodía que había formado para Agustin con el piano. Podía hacerlo pero su mimado esposo le había dicho horas atrás que quería hacer el amor encima de un piano y sabía que no se resistiría ante esa petición, lo malo... el piano se encontraba en una habitación sin puerta.
Besos sonoros inundaban el ascensor, estaban de regreso a su habitación, torpemente caminaron hasta la puerta y mientras Marcos la abría, Agustin le desabrochaba el pantalón. Ingresaron, el Castaño cerró la puerta con sus pantalones en el suelo, vistiendo solo su ropa interior, desvistió al pelinegro dejándolo también solo en bóxer.
Agustin se arrodillo y con el dedo índice delineó sobre la tela el bulto, se mordió el labio y alzó la mirada para apreciar la bonita sonrisa lasciva que le regalaba su esposo. Movió el dedo en círculos y recorrió toda la extensión, sintiéndolo duro y mojado. Su cabello era acariciado y peinado. Apretó el bulto y escuchó un jadeo.
—Estas portándote muy travieso hoy, mi amor—su voz ronca le hizo estremecer pero jugaría con ello.
—¿Enserio?—preguntó inocente pasando la lengua por la tela.
Marcos respiró agitado y no detuvo las caricias en la cabellera del rubio.
—Muy, muy, travieso—repitió.
Ignoró las palabras del mayor y apoyando sus manos en cada muslo contrario, llevó la boca hasta el borde del bóxer para atraparlo con sus dientes y bajarlo lentamente. La prenda desapareció de su vista y el miembro erecto chocó en su rostro.
—¿Puedo?—hizo ojitos lamiéndose los labios mirando al peli negro.
—Sí—accedió—, pero solo puedes usar tu boquita, no manos—explicó y Agustin le sacó legua haciéndole reir.
Marcos agarró su falo y lo restregó juguetón por la cara ajena quien abría la boca con la lengua afuera esperando que lo introduciría ahí.
El pre semen estaba esparcido en las mejillas y arreador de su boca, arrugó la cara al percatarse que no obtendría lo que quería tan fácilmente, así que decidió buscarlo. Se acercó hasta los testículos e inició chupándolos, tomó su tiempo para atender uno por uno entretanto seguía apoyando sus manos en los muslos ajenos. Marcos soltaba suspiros y le decía uno que otro comentario caliente.
Dejando un beso en cada bola subió hasta la base, con la lengua recorrió toda la extensión hasta la punta y rodeó haciendo más pequeña su lengua acercándose para que Marcos sienta su aliento.El pene de su esposo estaba caliente, erecto y empezaba a salir aun más pre semen. Ladeo la cabeza y besó ambos lados de la hombría.
—Me estas torturando, Agus.
—Solo quiero hacer sentir bien a mi Marquitos—metió su boca solo hasta el glande, el Castaño gimió. La sacó para volver a hablar—. Voy a tomar eso de forma positiva—le sonrió.
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Mío- margus
AdventureMarcos Ginocchio y Agustin Guardis, los cirujanos más reconocidos de Buenos aires. enamorados, prometidos y colegas de trabajo. - margus - marcos (top) Agustín (bottom) -parejas secundarias: nachiago ADAPTACIÓN TODO LOS DERECHOS DE AUTOR SON PARA...