Shadow CuteCut

Declaración

Me llamo Shadow. Suena raro. Es lo que más me gusta de mi nombre. Me define a la perfección. Tengo 17 años. Vivía con mi abuela hasta hace relativamente poco. Estoy diagnosticada desde hace unos 3 o 4 años con desorden esquizoafectivo, dependencia emocional y tendencias autodestructivas, pero nunca me he visto tan así. Todos somos dependientes de alguien o algo –el que diga que no es un mentiroso de mierda y no se conoce en absoluto o no ha vivido lo suficiente para percatarse cuán dependiente es de qué o de quién- y el ser humano es autodestructivo por naturaleza –la autolesión no debería ser un calificativo determinante para eso, unas cortadas más o menos no determinan cuán autodestructivo puedes llegar a ser-.

En el fondo solo soy una romántica, de esas que defienden el amor y a su pareja a toda costa y a cualquier precio, aunque motivos sobran para no creer en algo tan efímero y surrealista. Porque sí, eso es el amor: la mayor muestra de autodestrucción que tenemos, masoquismo en superlativo, el exponente palpable de la dependencia emocional, la cúspide de la idiotez. Permitimos que nos eleve y luego nos lance al vacío, y posiblemente sigamos sonriéndole al caer y convertirnos en grotescos pedazos, en suspiros de lo que un día fuimos, y aún así cada uno de esos trozos albergarán un lugar especial para esa persona especial. Así de idiotas somos, y la mayoría no conoce otro modo de vivir.

Yo existía por y para él. En cierto modo lo sigo haciendo. Él ha definido lo que soy, la criatura en la que me he convertido y en lo que emplearé mi realidad hasta que me pillen, o me maten. Esos son los únicos finales que puedo tener, porque soy una asesina. A este grado ha llegado mi devoción por el amor y mi desprecio por quienes lo hechan a perder. Tengo mis motivos y mis porqués. Quizás un día los cuente. Por ahora, no intenten entenderme, solo hagan lo que tienen que hacer.

Shadow CuteCut, 29 de septiembre de 2015

Nota encontrada junto al cadáver de Alexander Zarrellez, víctima n.1.