Shadow CuteCut

Shadow CuteCut I: Mauro

La notificación de un nuevo mensaje saca a Mauro de su ensimismamiento poscoital. Remueve a Karely, que yace acurrucada en su pecho y coge el móvil.

"Recuerda recogerme mañana a las 4 para el cine, te quiero", escribiole Adela, su chica.

Responde con un "Ok". Supone que le cambia la cara porque Karely resopla.

-¿Es ella?

-Sí

-¿Cuándo vas a dejarla? -Mauro hartose ya de la misma pregunta.

-Pronto -ella también está harta de la misma respuesta.

-Eso no me vale. Llevas semanas diciéndome lo mismo.

-Las mismas semanas que llevas metiéndote entre mis sábanas así que no sé de qué te quejas. -Karely brinca como si el colchón de repente le quemase la espalda y comienza a vestirse. Mauro, sin embargo, no se mueve de su lugar.

-Creo que mejor me voy -dice ella.

-llamame cuando me extrañes -responde él.

Karely pretende abofetearlo pero él le sugeta la mano y en un rápido movimiento la tumba sobre la cama nuevamente y la acorrala contra su cuerpo, sosteniendo sus brazos sobre su cabeza.

-Eres un idiota -escupe con rabia. La entiende, opina lo mismo.

-Un idiota al que permites que te folle cuando se le pegue la gana -susurra a escasos centímetros de su boca-. Tú eres la verdadera idiota por enamorarte de un chaval con pareja -hace un camino de besos desde la base del cuello de su amante hasta la comisura de su boca y vuelve a susurrarle -yo te lo advertí.

-No sé de dónde sacas que estoy enamorada de ti -le muerde el labio inferior y esa agresión viaja directo a su polla. Aprovecha su debilidad y se libera del agarre, dándole la vuelta, tanto a él como a la situación, y cayendo a horcajadas sobre Mauro con su cabello cubriendo sus rostros como una cortina para que el mundo no vea lo que hacen. -Y no volverás a cogerme hasta que dejes de ser un idiota con novia -susurra en su boca, le da un lametón en los labios y se dirige a la puerta.

-Ya veremos -le responde Mauro incorporándose. Karely le saca el dedo medio mientras se aleja meneando el culo, dejándole en compañía de sábanas arrugadas y de la coquetería de la luna, y una erección como souvenir.

"Joder. Espero que esta vez no cumpla la amenaza", piensa Mauro. No sabe si prefiere quedarse sin Adela a quedarse sin ese culo. La hija de puta sabe muy bien qué hacer con el. Él quiere a su chica. Ni siquiera sabe por qué hace ésto, pero siempre que hablan de dejar de verse terminan en la cama otra vez. Es algo imposible de explicar. Una conducta puramente animal que los atrae al otro como si se tratara de imanes.

De repente todas las luces se apagan y la casa queda sumida en la penumbra. Mauro mira a través de la ventana comprobando si es una rotura general. No. El resto del vecindario tiene luz. Enciende la linterna del móvil para revisar los fusibles. Al tener baja batería ilumina lo indispensable.

-¿Karely? -por un momento le pasa por la mente que ella quiere jugar a las tinieblas un rato. No le desagrada la idea, pero luego que no se haga la digna. Seria un nuevo record de lo poco que le dura la promesa de no volverle a ver-. ¿Karely? -repite, esta vez con un tono más burlon. Si es ella parece que no tiene prisa por ser encontrada. Recuerda aquella vez que le vendó los ojos y él debía alcanzarla siguiendo su voz. La cantidad de objetos que tumbara equivalía a la cantidad de orgasmos que debía proporcionarle. "Creo que me llevo por lugares facilmente tropezables solo por joder". La pasaron bien esa noche-. Karely, si quieres jugar debes darme pistas para encontrarte.

Se escucha una risa. No es lo que esperaba. No suena como ella. Nunca se había reido de esa manera. Es más como un sonido infantil. La risa de esos niños macabros de películas de terror. La forma de reir de los perturbados. No es Karely-. ¿Quién anda ahí? -grita, esperando que en serio le respondan, sin estar seguro de querer escuchar la respuesta. Gira sobre su propio eje, apuntando con la linterna del móvil a todos citios, proyectando una cantidad de sombras sospechosas que solo consiguen ponerle más nervioso. Jura que escucha pasos. Jura que no son sus pasos. Aún debe atravesar media casa para dar la luz.