Una fiesta de reconciliación.

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Sero estaba convencido de que no había visto a Kirishima tan distraído desde que aprobaron su examen en la academia de policía y paso semanas sin creerlo hasta que pasaron por la puerta de la comisaría. Su compañero se quedaba de pie con expresión aturdida y embobada, después se sonrojaba y golpeaba la cara. Era tan gracioso como preocupante.

Estaba por advertirle que le iba a poner a su café un envoltorio de caramelo cuando alguien le tapo los ojos y escucho una voz familiar hablando detrás suyo.

—Adivina quien soy.

A el azabache se le dibujo una sonrisa y sostuvo las manos pequeñas en su cara, escuchando la ligera risa del quien estaba jugando esa broma.

—Supongo que no mi adorable novio que cancelo nuestro almuerzo por estar ocupado con su trabajo —respondió escuchando el leve quejido de la persona que estaba a su espalda —Porque me aseguro que tenía demasiado como para venir a verme.

Cuando el oficial dejo de tener los ojos tapados pudo ver a su lindo novio, Denki Kaminari, usando una bata azul de laboratorio y una remera negra con el logo de Pokémon en medio, junto con unos jeans amarillos y zapatillas Nike. El omega le veía con una sonrisa de esas que le robaban descaradamente el corazón y un poco tímido, se puso a explicarle su presencia en el departamento de policías.

—Le rogué a Shin que me cubriera media hora y pensé en darte una sorpresa —confesó el rubio —Pero era verdad que teníamos mucho trabajo, Sero, ¡nos dieron todos los archivos de un caso de fraude virtual! Te soprenderia la cantidad de datos que han visto mis ojitos en menos de dos horas.

Hanta se rió y asintió, abrazando al rubio por la cintura que lo acepto gustoso. El omega era forense de investigación informática pero se mantenía del lado de la comisaría que quedaba más cercano a la morgue y pasaba ahí todo el día, encerrado entre computadoras y la sala de cadáveres. No se podían ver muy seguido durante sus turnos, pero siempre que tenían la oportunidad almorzaban juntos y estaba feliz de que le hubiera dado la sorpresa. Sin embargo, cuando escucho a Eijirou ahogándose con su café, se recordó que tenía una preocupación de otro estilo en su cabeza y miro a su pareja —que se reía de la desgracia del alfa— en busca de consejo.

—Amor, ¿me harías un favor? —le preguntó primero y el más bajo asintió sin problema — ¿Qué le dirías a Kirishima para sacarlo de su estupidez?

— ¿Se relaciona con alguna pareja suya o le pasó algo grave? —quiso saber el de ojos dorados.

—Eh, tal vez de un interés amoroso no concretado —atinó a responder medio nervioso —Ha estado así desde hace dos días y me da miedo dejarlo conducir la patrulla.

—Ya lo arreglo —se separó de su novio y le guiñó un ojo —No debe ser más difícil que arreglar la computadora de los noventa que hay en nuestro departamento.

El azabache no hizo comentarios sobre eso y vio al omega acercarse hasta el pelirrojo, el cuál finalmente reacciono un poco más espabilado delante de su presencia y le saludo. El rubio le pregunto sin rodeos si se consiguió un novio y el alfa se sonrojo hasta las orejas, lo cual el omega tomó como una respuesta afirmativa de interés pero no de una relación. Mientras el de dientes puntiagudos se recomponía del ataque inesperado, el de ojos dorados se apropiaba de la cafetera con soltura y le pasaba unos bocadillos para que fuera bajando sus nervios. El más alto se maravillo por la habilidad de su pareja de jugar con los nervios del pelirrojo y a la vez relajarlo tanto como para que le soltará todo. Luego de veinte minutos —casi la mitad de su descanso— el alfa había soltado entre balbuceos y murmullos toda la historia.

Denki quedó impresionado ya que conocía a Katsuki —como él y el oficial sabían y no podían ya ocultarlo al contarle toda la historia del cenizo y el pelirrojo— desde hace muchos años y nunca antes se había enterado de que lo estuvieran acosando. No se enojo con ellos por eso, conocía de sobra la personalidad del cenizo y que era el tipo de omega que prefería lidiar con los alfas por su cuenta y a los puños la mayoría de las veces. Le dió más curiosidad el saber por el romance y la tensión sexual que tenía con el oficial que otra cosa. Para el final, dió su veredicto.

¿Protegiendo al Omega? [KiriBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora