Ofrenda

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—¿Qué es esto?

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—¿Qué es esto?

—Te la traje de regalo, es una rosa de la Tierra.

—Pero si está muerta.

—No pudo adaptarse al agua del Cielo.

—¿Aunque sea agua bendita?

—Es una planta mortal.

—Es como el niño, bello a primera vista pero tanta pureza lo vuelve iluso. No sabe hacer nada.

—Está marchito.

—Es como tu rosa.

—Yo te la traje con buenas intenciones.

—Como al niño.

Ambos guardaron silencio y la luz de la habitación se extinguió.

—El Superior puede cometer errores después de todo.

—Shh. Está prohibido insultar al Superior.

Los dos arcángeles observaron en la negrura la silueta del otro para después cerrar sus ojos y dormir abrazados.

El niño se dejó caer lentamente contra la pared. Ya era hora de irse. No tenía nada que llevarse, pero; espió entre la apertura de la puerta y entró cuando se aseguró que los dos arcángeles estaban en su quinto sueño. Gateó sigilosamente hasta la esquina de la cama apretando sus pequeñas alas contra la espalda para que no hicieran ruido. Luego llegó al buró y, parándose de puntas, tanteó con sus manos hasta encontrar la rosa. La tomó con fuerza del tallo y apretó sus labios para guardar silencio cuando sintió unos agudos piquetes en sus dos palmas. Salió silenciosamente, sin antes bajar la cabeza agradecido, y huyó por la madrugada del Cielo.

El arcángel corrió, corrió y corrió estrujando un tallo encorvado sin pétalos, hasta solo encontrar tierra. Era luna llena sobre su cabeza y, sin percatarse, también debajo de sus pies. Su cabello albino se iluminó. Él se hincó, recostando con delicadeza el tallo a su lado, y escarbó con sus uñas hasta que los bordes de ellas sangraron y se mezclaron con las pequeñas pierdas que se le enterraban. Entonces tomó la rosa y la sepultó.

—¿Por qué se la habrá llevado? —preguntó uno buscando el contorno de la espalda del otro cuerpo.

—Ya era hora que se fuera.

—¿Qué crees que haga con ella?

—Ver como muere, como él también ya está.

—Es verdad, parece que nunca nació.

—Ambos van a la muerte en dirección contraria y nada podrá crearse de allí si no es por manos del Jefe.

Arcángel: IanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora