Mientras Alice le daba la mano a Aro para mostrarle su visión, este no dejaba de ver a Elizabeth con terror, un escenario de película de terror es lo que había visto en aquella visión, ahora sabía bien que el problema no sería la niña, sino aquella chica que podía controlar a los muertos. No sabía qué hacer con ella, si tenerla de su lado, si dejarla ir como si nada o matarla, pero luego de ver eso algo le decía que no era buena idea, debía tenerla de su lado, eso era lo más conveniente.
—¿Cómo sabemos que Lizzie no usará el retumbar en nuestra contra algún día? —preguntó Aro.
Elizabeth se acercó a paso lento a ellos, miró a los tres reyes y les sonrió
—Solo no me den motivos para usarlo
—¿El retumbar? ¿Qué es el retumbar? —preguntó Caius acercándose a ellos junto a Marcus
—El retumbar, el suelo empieza a retumbar cobrando lo que le pertenece, los muertos salen a buscar los cuerpos que faltan, buscan cuerpos sin alma, nos buscan a nosotros, este no se detiene hasta que haya terminado con todo su trabajo, solo yo puedo iniciarlo y ordenarle lo que yo quiera, ellos cumplirán todas mis órdenes para luego dejarme a mí para el final —Elizabeth se acercó al rubio quedando a solo centímetros de distancia mientras daba su explicación
—Pues me temo informarte, que no permitiré que inicies el retumbar —con su mano derecha sujeta con fuerza el rostro de ella
—¿Por qué tendría que obedecerte?
—No permitiré que una bella flor vaya a morir, no debes actuar como un peón de sacrificio, deberías actuar como la reina que eres.
—¿Esa es tu forma de coquetear? No creo que sea el momento o el lugar para hacerlo—Elizabeth le guiñó el ojo y luego volvió con los suyos
Lizzie estuvo atenta a todo lo que decían antes de decir que no habría pelea, le dio un último vistazo a Caius, le guiñó un ojo y fue junto a su familia
—Decías que no estabas destinada a tener un compañero y acabo de ver que sí que lo tienes —dijo Edward
—¿Crees que sea buena idea que intente relacionarme con él? Sabemos cómo son, en especial él.
—Tu felicidad es más importante ahora, nunca sabrás cómo serán las cosas si no las intentas —animó él
—Si me dicen de beber sangre humana haré que los fantasmas les tiren los pies en las noches
—No esperaría menos de ti.
Una vez estuvieron todos en casa, los Cullen se fueron despidiendo de cada uno de los testigos. Lizzie sintió una mano tomar la suya, ella se giró para ver quien la había tomado, era Annie, le sonrió.
—Te extrañé —le susurró
—Lo sé, yo también te extrañé
—Creí que ya habías cumplido con tu destino aquí
—Lo hice, pero ahora tengo otro objetivo —respondió
—¿Puedo saber cuál es? —preguntó Lizzie, ella asintió y sonrió
—Que seas feliz, Lizzie
Esa respuesta no se la esperaba, sintió una gran emoción ante esas palabras, lo que sentía era diferente a lo que sintió cuando habló con Edward poco tiempo atrás, de cierta forma con él se sentía como una carga, pero viniendo de Annie era como una luz de esperanza, esa luz que hace sentir que todo estará bien.
Jasper se dio cuenta de la presencia de Annie, no solo las emociones de Elizabeth, sino también porque de alguna forma lograba sentir las emociones de Annie. La pureza de sus emociones se transmitía más allá del plano de lo vivo o lo muerto, lograban traspasar el plano de lo espiritual.
—Edward está molesto
—¿Ah sí? ¿Por qué?
—Porque nuevamente estabas dispuesta a dar tu vida por los demás —respondió Edward
—Siempre lo estoy, ustedes son mi familia y haré lo que sea por ustedes.
Edward se acercó a su hermana y sujetó con fuerza de los hombros sacudiendola
—¡¿Es que no te das cuenta de que nadie quiere eso?! —Exclamó —. La muerte no siempre solucionará las cosas ¡No tienes que morir! ¿Entiendes? ¡Deja de pensar que eso será lo mejor para todos, que eso podría solucionar las cosas! ¡Deja de pensar esas estupideces!
—¡La estás asustando, Edward! —intervino Jasper
—¡No te metas! ¡No puede ser que siempre en este tipo de situaciones use esa carta! —le gritó Edward
—Corre, corre rápido —dijo Annie —. Corre por tu madre, por tu padre, por tus hermanas y hermanos, deja todo atrás y busca aquello que tu corazón anhela.
—¿Tía Lizzie?
—Me tengo que ir, corazón —le susurró a Renesmee en el oído para luego correr fuera de casa.
Corrió tan rápido como pudo. Cruzó el tratado encontrándose con los lobos, llegó al acantilado y miró la caída por unos segundos mientras los lobos se transformaban.
—No puedes estar aquí —dijo Sam
—Lo sé —respondió ella —. Pero tengo que pasar por aquí para irme
—¿En serio? —preguntó Jacob
—No, tenía una última misión aquí antes de irme
—¿Misión? —preguntó él confundido
—Si miras detrás lo entenderás
Jacob se gira rápidamente al escuchar esa voz, vio a aquella mujer que no dudó en abrazar, la extrañaba, la necesitaba, durante muchos años soñó con escuchar nuevamente la voz de su madre, con escucharla, con verla, con poder abrazarla.
Luego de aquella escena, Elizabeth le dio la oportunidad de despedirse antes de irse.
Recorrió todo Estados Unidos antes de salir del continente, fue a Rusia durante un par de semanas antes de ir finalmente a Italia. Allí recorrió las distintas ciudades del país hasta que llegó a Volterra. Tenía muchas dudas antes de entrar al castillo, no sabía si entrar era lo mejor. Pero Annie tenía un plan diferente, ella tomó la mano de Lizzie para correr dentro del castillo arrastrándola consigo.
Llamaron la atención de todos, porque sí, Annie era visible en ese momento, pero como una persona semi traslúcida que emana una luz cálida.
—¿Podemos saber que significa esto, querida Lizzie? —preguntó Aro
—Vaya irrespetuoso de...
—¡Annie! Vocabulario —corrige Elizabeth —. Mis disculpas, no era mi intención irrumpir así
—Es todo un placer volver a verte, Elizabeth —dijo Caius —. Aunque nos has tomado por sorpresa, creímos que si alguien de tu familia viniese avisaría antes de hacerlo.
—Ellos no saben que estoy aquí y no podía avisar con anticipación algo que no he planeado —explicó ella —. Ella es Annie, está en la edad en la que se suele ser irrespetuoso, pero no se preocupen, no siempre podrán verla o escucharla, si es que deciden aceptar que me quede por una temporada.
—Las puertas del castillo siempre estarán abiertas para ti, Elizabeth.
Ella no quería decirlo, pero amaba como Caius decía su nombre, le encantaba como sonaba
—Ya que nuestro hermano está tan feliz con tu llegada, dejaremos que sea él quien te muestre los alrededores y donde te vas a quedar —dijo Aro
—Será un honor.
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The Rumbling [Caius Fanfic] [Finalizada]
FanfictionMe negué a perder sin luchar Somos demasiado jóvenes, ignorantes e inocentes Como niños que se quedan despiertos toda la noche en una tienda de campaña ¿Como me ves? ¿Soy quien solía ser? Nadie sabe lo que hay dentro de mí Si lo pierdo todo, resbalo...