💫 INDELEBLE 💫 ~ Yoonmin ~

💫 18 💫

(Narrador Omnisciente)

La llamada terminó.

Jimin se desmoronó por milésima vez desde que salió de su pequeño mundo maravilloso.

Su corazón jamás podría ser reparado después de tanto dolor que lo estaba consumiendo lentamente. Las lágrimas parecían no querer desaparecer, aquellos dulces ojitos que una vez brillaron de ilusión, inocencia y felicidad ahora tenían un brillo diferente, uno que aparecía únicamente por sus lágrimas acumuladas.

Aquellos hermosos ojitos mieles estaban apagados.

La ilusión, la inocencia y dulzura no formaban más parte de aquel brillo que una vez lo caracterizó.

Su corazón había sido roto y hecho pedazos sin remordimiento alguno. Min Yoongi había tomado su corazón entre sus manos y lo aplastó, lo uso, jugo con él y cuando creyó que era suficiente, se deshizo de él haciéndolo sufrir un dolor inmeso que jamás podría describirse. La presión en su pecho era tan asfixiante y desgarradora, que ni siquiera el constante dolor que se causaba a si mismo al presionar sus cortas uñas en la palma de sus manos lo podría calmar.

Había dicho todo lo contrario a lo que quería en aquella llamada. Había mentido, solo para intentar alejar al hombre que lo hizo añicos en el proceso.

No sabía cuánto tiempo se mantendría en aquel inmenso hoyo sin fondo en el que había caído, no sabía si algún día lograría salir y seguir adelante o simplemente dejarse morir en el intento.

Jimin solo quería dejar de sufrir.

Lloro y grito durante horas sobre la desgastada almohada de aquella habitación que alquiló por una semana.

Se había alejado lo más que pudo del mundo lujoso de Seul. Se había alejado todo lo que pudo de la zona de riquillos como él los llamaba, con la única intención de no encontrarse ni siquiera por error con ninguno de los Min y aunque Jimin sabía que los padres del hombre que amo, no tienen nada que ver con su separación y problemas. Quería cortar de raíz todo su pasado.

Los sollozos ahogados se fueron calmando después de lo que parecieron horas sacando un dolor interminable. Hasta que sin darse cuenta se quedó dormido.

Jimin sabía que debía intentar seguir con su vida, sin embargo, el ardor de su pecho quemaba inexplicablemente, quería hacerle creer a su mente que debía seguir avanzando y superar este tropiezo, pero su corazón roto y destruido no lo dejaba seguir haciéndole creer qué sin Min Yoongi no podía enfrentar el mundo.

Pasaban los días y Jimin parecía no querer salir de aquel cuarto pequeño y desastroso. Pero en algún momento debía salir, ¿No?

La puerta fue tocaba y Jimin sintió un inmenso dolor de cabeza al escuchar el golpeteo constante de la puerta anunciando que alguien lo buscaba. Con dificultad abrió sus ojos y pronto maldijo por lo bajo cuando una pequeña luz atravesando por las desgastadas cortinas invadió su rostro.