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¡Aclaración¡

Las damas o mayordomos de compañía, son aquellos sirvientes que demostraron un interés más alto en preocuparse del país para el que trabajan.

Normalmente los países se dan cuenta cuando uno de sus trabajadores pone más empeño en cuidarlo que otros, pero que sea con un interés verdadero en su salud y bienestar. Pues el cargo de dama/mayordomo de compañía conlleva el ir a todo lugar que el país te pida ir y vivir con él en su casa propia y no en la gobernal  como los demás pero recibe un pago mayor a los demás trabajadores.

Otro día, otra mañana

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Otro día, otra mañana.

La alarma nuevamente sono pero la apagó con mucha pereza, dispuesto a dormir.
Al final la juntada ayer con Mex se alargo y por poco y no se quedaba a dormir en su casa.

Walter se levantó y vió a su dueño desparramado en el sillón, usando una remera larga y boxers, junto a una sábana que caía por el costado de su trasero. Después de la juntada tuvo mucha fiaca de ir hasta su pieza, así que agarró una remera y sábana de la ropa limpia.

Miró la escena algo aburrido, agarró con su boca uno de los pies de Argentina y empezó a estirarlo cuidadosamente, con la intención de sacarlo del sillón pero que no se diera muy fuerte al caer.

Siempre los animales deben hacer todo, a veces no puede creer que su dueño sea verdaderamente un "país humano". O algo así, no está seguro, igualmente no importa, es un carpincho, no Alemania.

- Nooo, déjame - por supuesto que sintió el estirón y se quejó cuando todo su cuerpo cayó en el piso.

Haciendo caso omiso a la queja, Walter siguió estirando del pie de Argentina.
Tenía hambre y su dueño debía darle la comida, podría agarrarlo por si solo pero la última vez que trato de hacerlo Argentina lo dejo durmiendo afuera una noche solo y eso es algo parecido a la muerte para un carpincho mimado.

- Walterrrrrr- siguió quejándose.

Una vez llegaron a la cocina, el carpincho dejo el miembro humano (no malpiensen, pobrecito Walter) y se fue hasta adelante para que Argentina lo viera. Notando que no le iba a poner atención, optó por poner una pata sobre el sedoso cabello.

Argentina levanto la cabeza cuando sintió algo en esta misma, notando que la pata de su amigo estaba en su cabeza y este mismo estaba frente a él. Se quejó una última vez y puso los ojos en blanco para nuevamente tirar su cabeza hacia abajo.

-¿Tenés hambre no? Dos empujones para si, uno para no- a pesar de tener la cara contra el piso, Walter lo escuchó.

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