|Viaje y Confesión Pt.2|

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•My Princess•


Jungkook miró la hora en su teléfono.

Ya casi eran las 16:30, hora en la que citó a Lalisa en la entrada del Jjimjilbang.

Y aunque toda la tarde desde que salieron del restaurante de barbacoa se han dedicado a pasar un tiempo de diversión y entretenimiento en la zona de juegos del Jjimjilbang, asaltando también la tienda de conveniencia en búsqueda de bocadillos y ramen, Jungkook no ha dejado de estar nervioso como el infierno.

En realidad, lo único que está en su mente es que todo salga perfecto. Desde los tulipanes que guarda en la mochila en su espalda, hasta los anillos de pareja que consiguió para los dos. Ha repasado en plan más de una vez en su mente y por alguna razón, Jungkook siente que es capaz de olvidar algo.

Incluso escribió una lista de las cosas que le hace sentir Lisa, y esperaba poder enumerarlas todas a la chica para que supiera lo loco que estaba por ella. ¡Casi eufórico! Pero, aunque posee ese sexy cerebro de un genio súper dotado que tiene, JK tenía miedo saltarse algún detalle y quedar arruinando todo.

Y, por nada en el mundo sacaría la pequeña hoja de papel que traía en su bolsillo. La misma que estaba repleta de garabatos y corazones dibujados con una enorme L en el medio. Hacer algo como eso sería lo bastante cursi y un boleto gratis a la auto-humillación eterna, sin duda alguna.

¿Pero, qué pasa si olvidaba mencionar el punto en el que afirma que su amor por Lisa Manoban quema con la intensidad de más de mil soles?

Ok, alguien realmente debía dejar de ser tan raro.

"¡Jungkook!"

Viendo a Lalisa que se acercaba con esa linda sonrisa de siempre, JK secó disimuladamente el rastro de sudor de sus manos con la tela de su pantalón.

Era hora de ser un hombre y enfrentar esto.

¡Joder, que no es como si estuviese enlistándose en el ejercito! Claro que podía lograr hacer una confesión decente.

Suspiró, repitiendo una vez más el plan en su mente.

"Hola..."

La saludó, revisando de manera automática si Lisa estaba lo suficientemente abrigada para el pequeño paseo que darán.

La tarde estaba un poco fría y en absoluto deseaba ser el responsable de provocar un resfriado a la chica.

Imagina recibir un beso lleno de mocos.

Viendo que Lalisa traía obedientemente la bufanda que colgó alrededor de su cuello esta mañana, la sonrisa de conejito feliz se formó en sus labios.

My Princess |Liskook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora