Nunca he salvado a nadie

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Harry 


Mis fosas nasales se ensancharon con mi creciente furia. No sabía exactamente qué le había dicho  Georgia a Louis, pero sabía que lo había lastimado. Podía verlo en su rostro.

¿Qué pasaba en esta familia?

Además del hecho de que todos y cada uno de ellos estaban locos, con la excepción de Louis, todos parecían pensar que podían tratarlo como la suciedad bajo sus pies y estaba bien.

Definitivamente no estaba bien.

Me lamí el labio inferior, logrando sofocar mi ira cuando Louis comenzó a caminar hacia mí. Tan pronto como me alcanzó, lo agarré del brazo y comencé a guiarlo hacia mi edificio de apartamentos.

—¿Qué quería ella?

—Una cita.

Tropecé en mi sorpresa.

—¿Ella quería qué?

Louis suspiró.

—Ella amenazó con enviar a mi papá para que me golpeara si no le conseguía una cita contigo. Aparentemente, ella tiene planes de casarse contigo.

—Ya estoy casado.

Louis resopló.

—Eres afortunado.

Sí, estaba pensando eso.

—Según Georgia, ser vista en tu brazo significa que se hará notar, e incluso si eso no funciona, podrá vivir como una reina porque eres rico—. Louis inclinó la cabeza hacia atrás y me miró.

—Se supone que debo hacer que suceda.

—Creo que tenemos que movernos.

—Escuché que viajar un mes es agradable.

—¿Es eso lo que quieres? —Yo pregunté. —¿Quieres que nos vayamos de viaje? Haría que sucediera si así fuera.

Una sonrisa tiró de los labios de Louis.

—Tu negocio está aquí, Harry.

—Mi negocio es global, Louis. Puedo trabajar desde cualquier lugar—. Tomaría algunas maniobras, pero no era imposible. —Simplemente trabajo desde aquí porque aquí es donde está mi base de operaciones. Nada dice que no podamos trabajar desde una de mis otras oficinas.

—No quiero trastornar tu vida más de lo que ya lo he hecho.

Me detuve, lo agarré por los hombros y lo giré hacia mí.

—Escúchame. No has alterado mi vida en absoluto. En todo caso, la has mejorado. Siento que ahora tengo a alguien con quien compartir todos mis secretos, alguien que me escuchará no porque esté pagándoles sino porque les importa lo que tenga que decir.

—Sí, —susurró Louis. —Puedes compartir lo que quieras conmigo, y te escucharé.

—Sé que lo harás, bebé—. Pasé mi mano por su mejilla hasta que pude enroscar mis dedos en el cabello en la base de su cuello.

—¿Por qué no empezamos con una orden de restricción? —Sergey sugirió de la nada. —Escuché todo lo que dijo. Amenazó con enviar al padre a golpear al joven si no hacía lo que ella quería.

Sergey nos dio una de sus raras sonrisas mientras sostenía su teléfono celular.

—Incluso lo grabé en cinta.

—¿La tienes amenazando a Louis en la cinta?

—Lo hice, señor—. Los ojos de l hombre se dirigieron a Louis. —Supongo que por eso te acercaste a mí.

Contrato de amor (L. S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora