Capítulo 17

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Al cabo de dos semanas todo había vuelto a la normalidad. Yo había vuelto con mis clases y también lo había hecho Anthony. Apenas salía de casa entre proyectos y cuidarle, además, quería pasar tiempo con mi padre. ¿Jason? No le había vuelto a ver en todo aquel tiempo. No es que tuviera mucho tiempo para hacer vida social, pero  es que ni siquiera había recibido una llamada suya, al contrario que de Bella. Vivíamos en la misma urbanización, pero me llamaba todas las noches.

El 30 de Enero a las seis de la tarde sin previo aviso, Bella entró por la puerta del despacho de mi padre – en el que me encerraba para poder estudiar – con dos fundas negras que no dejaban ver su interior. Dejé los apuntes sobre la mesa y la miré interrogante. En su mirada se podía ver la alegría que la invadía y su sonrisa la hacía más evidente.

-Adivina – Dijo casi dando saltitos.

-¿Vas a asesinarme y a meterme ahí? – Dije señalando las bolsas.

-No, idiota – Se acercó hacia mí y continuó.- Es mi vestido de novia. – Reprimió un gritito. – Y este – movió el otro – Es tu vestido de dama de honor.

Mi vestido de dama de honor. Me había olvidado por completo de cuál sería mi papel en la boda, a la vez que el de Natalie. Colocó en la Cheslong que se encontraba en aquella habitación el suyo y sujetó el que era para mí. Abrió la cremallera poco a poco conforme se dejaba ver un vestido color azul eléctrico de tirantes. Los tirantes estaban cortados a la mitad – En la parte que correspondía a los hombros – y unidos mediante una cadena de plata. La tela era vaporosa – mejor para los días de verano en el que sería la boda – y llegaba hasta un poco antes de la rodilla.

-¿Te gusta? – Preguntó mientras yo tenía la cara prácticamente desencajada. Era el vestido más bonito que había visto en mucho tiempo y en mi mente ya veía miles de combinaciones con bolsos y zapatos.- Me han dejado llevarme este de la tienda. He cogido el de Natalie, el tuyo espera en Macy’s, para que os lo arreglen y os quede perfecto.

-¿Cuándo dices que podemos pasar a probárnoslo? – Sonrió.

-A partir del Lunes, tienes que ir a información y preguntar por los vestidos de Dama de Honor encargado a nombre de la señora Noyes.- Solté una muda exclamación.

-¿Ya encargas las cosas con tu nombre de casada? – Una sonora risotada retumbó por toda la sala.

-En realidad, se refiere a Sue. Tiene amigos en las galerías y ha pensado que sería mejor que lo dejásemos a su nombre, aunque luego sea yo quien los pague.

-Es genial, debe tenerte mucho aprecio, y eso que eres la mujer que le quitará a su niño en menos de seis meses.

-Oh cállate, me aterra no gustarla. Pero ahora vayamos a lo importante. Ya me han arreglado mi vestido. No quise decir a nadie que le había encontrado pero es que no quería gafarlo. – Iba de un lado a otro con el vestido de dama de honor y recogiendo el de novia. - ¿Quieres ver cómo me queda?

-Evidentemente. Aunque quizá deberías haber esperado. Ahora no podrás engordar ni adelgazar hasta la boda. – Me miró con expresión aterrada.- Oh pero estoy segura de que se podrá seguir arreglando. – Terminé intentando tranquilizarla.

Entró al baño que había en aquella habitación y salió media hora más tarde, cuando pensé que se la había tragado la taza del váter, con el vestido puesto y los ojos rojos de llorar. Era un vestido palabra de honor en color blanco ajustado hasta pasada la cadera y con diversos motivos evocando flores alrededor de la zona ajustada, con cada pliegue que hacía el vestido para ajustarse al cuerpo de mi amiga. La cola no era larga, lo suficiente para hacer que el vestido fuera precioso. Por detrás estaba abrochado por una fila de botones.  

-Dios… es… es precioso Bella… - Dije mientras ella giraba para enseñarme cada centímetro de él. - ¿Has estado llorando?

-Es que es tan bonito… - Contestó quitándose las lágrimas de la cara. – Y no sé... no puedo creerme que después de todo lo que hemos pasado Alex y yo vayamos a casarnos… No puedo creerme que de verdad sea a mí a quien quiere ver cada mañana el resto de su vida… Con quien quiere compartir los momentos más importantes de su vida y con quien quiere tener hijos… Es… algo que nunca pensé que ocurriría… La manera en que me mira… Cada vez que veo en sus ojos esa mirada me doy cuenta de lo afortunada que soy y de que no puedo tener un futuro sin verle siempre que tenga la ocasión… Él es el rayo de luz que ilumina mi oscuridad, Cassie.

-Es increíble que una persona pueda sentir eso junto a otra… - Comenté mirando al horizonte mientras me sentaba en el sofá.

-Tú lo sentirás algún día. Quizá incluso lo hayas sentido ya, simplemente tienes que poner tus sentimientos en orden y … no sé… hacer algo por volver a sentir ese amor.

-¿Cuándo supiste que era Alex el hombre con el que querías pasar tu eternidad?

-Supongo que siempre lo supe, pero cuando realmente estuve segura fue cuando estábamos en la playa. Fue hace uno o dos años. Era de noche y habíamos ido a pasear sobre la arena después de cenar. Entonces, aún sigo sin saber de dónde, sacó una rosa y me la tendió. Me dijo que se alegraba de que formase parte de su vida y que no quería que lo nuestro acabara nunca.  – Suspiró – Tiempo más tarde me dijo vivía por y para mí y que no se arrepentía de ello, que deseaba vivir de aquella manera si eso significaba poder estar a mi lado… Y entonces comprendí que yo sentía lo mismo. Que su mirada podía verla también en la mía… - Sus palabras habían sido casi las mismas que las que Jay me dijera en nuestra última conversación y eso no hizo más que hacer que mi corazón se parase.

-Wow. – Fue lo único que pude decir.

-No somos tan jóvenes, Cassandra. Sé lo que piensas. Tenemos ya 23 años, yo he terminado la carrera y ambos nos amamos… Además, la edad no importa, porque cuando sientes eso por una persona y tienes la dicha de ser correspondido, deseas poder pasar el resto de tu vida con la otra persona. Sabes que durará, porque adoras a tu marido o mujer con todo tu corazón, con sus imperfecciones y con sus manías, igual que él a ti. Si encuentras a esa persona, no dudes, cásate con ella. Porque serás más feliz de lo que nunca lo has sido.

Bella se quitó el vestido y se despidió de todos antes de irse. Subí las escaleras de mi casa hacia mi habitación aún envuelta en una nube de pensamientos. Lejos de aclarar mis sentimientos, mi amiga había hecho que mi mente no parase de maquinar y pensar en todos los momentos que había pasado junto a Jason, intentando volver a sentir lo que había sentido cuando me encontraba a su lado.

¿Y si estuviera enamorada de él? ¿Y si, en realidad, sentía lo mismo que Jason me había confesado? ¿Y si simplemente me lo negaba para no sufrir más ni para hacer sufrir a Anthony? Ni siquiera yo sabía las respuestas a aquellas preguntas. 

Find You In The DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora