14. Dawn

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Llamé a París toda la mañana para saber cómo estaba, pero no me ha contestado, en uno de mis intentos de contactar con ella fue Luna quien me llamó a mí. Me invitó a un almuerzo familiar para conocer a sus padres, me mostré tranquila y sigo pareciendo la persona más serena del mundo, pero la realidad es que hay un incendio en mi cerebro y muchas personitas corriendo por el alterados. Estuve encerrada en mi closet una hora buscando que ponerme, me decidí por una polera básica con escote en v y unos pantalones anchos beige, lo complemente con un blazer grande de cuero y un collar de oro. Fui a mi auto, me costó comenzar a manejar, me dolía mucho la guata, me di cuenta que mis manos temblaban e intente relajarme, lo logre cuando pensé en Luna, y en lo feliz que soy con ella, y lo orgullosa que estoy de ser su novia, eso me motivó para comenzar a conducir a su casa.

Fue Luna quien me abrió la puerta se quedó un largo rato admirándome, sentí que la sangre subía a mis mejillas, me tomo una mano y me tiro adentrandome a su casa hasta su patio, su madre estaba sentada revisando por lo que pude ver un sketch book trazando unos diseños y su padre en una parrilla, ambos tenían un cabello dorado, al igual que Luna y Diego, él estaba más al fondo del patio jugando a un mini golf casero. Luna carraspeo la garganta llamando la atención de sus padres y ellos saltaron de emoción al verme y se acercaron a nosotras.

- Dawn que bueno que llegaste - la madre de Luna me abrazo - estoy muy contenta de conocerte al fin - se separo de mi para mirarme - Luna habla mucho de ti, y ya veo porque, eres hermosa - le sonreí y antes de agradecerle el padre de Luna me atrapo en su brazos también con un abrazo de oso, me quede paralizada, nunca me habían abrazado asi, menos mi padre, fue extraño, pero no desagradable, me gusto sentir el calor del cariño que desprendía ese abrazo, igual con la madre de luna, su abrazo fue tan delicado pero lleno de verdadera alegría.

- Es un placer Dawn - deshizo el abrazo y sonrió mirando la parrilla - quisimos hacer esto más familiar y no tan formal - camino hacia ella y su madre nos llevó a sentarnos con ella - así que estamos haciendo una típica parrillada de domingo para hacerte sentir cómo en casa.

- Muchas gracias - dije con completa sinceridad, probablemente me sentiría mejor que en casa - me alegro por conocerlos al fin - se sonrieron entre ellos con ternura, me hubiera gustado decir algo más pero no soy muy buena en estas situaciones.

- Muy bien pequeñas - Diego llegó y levantó el palo de mini golf - ¿quién se atreve a desafiarme? - me miró divertido - comprobemos si eres tan ruda Dawncita - le lancé una mirada envenenada.

- No te conviene decirme de nuevo asi - me levante y camine hacia el mini golf, escuche las pequeñas risitas de los padres de Luna.

- ¿Y tú pequeña hermanita? - le preguntó a Luna con voz burlona.

- Somos mellizos Diego, no me digas pequeña - luna puso los ojos en blanco y también fue hacia el mini golf.

- Por lo menos soy dos minutos mayor que tú - continuo Diego pero Luna lo ignoro sonriéndome.

Jugamos hasta que la comida estuvo lista, con Diego quedamos empatados, ser de una familia millonaria te hace pasar mucho tiempo en clubes y practicando deportes aburridos por lo cual soy muy buena en el golf. El almuerzo transcurrió muy rápido, nunca me había sentido tan cómoda comiendo en familia, me podría acostumbrar a esto. Los padres de Luna me ofrecieron venir cuando sea que lo necesite, nunca lo mencionaron pero al parecer Luna les contó algo de mi situación familiar. Luna me acompañó a mi casa  pero antes de darse la vuelta e irse le tomé la mano volviéndola a mí de nuevo.

- Creo que quiero que conozcas a mi familia formalmente - hice una mueca no muy convencida de lo que estaba diciendo.

- ¿Estás segura? - sonaba preocupada pero sabía que no se sentía así por ella sino por mí.

Dawn In ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora