phobia vk

apocalypse.

Prólogo.

El ser humano, la única especie que cuenta con el tan anhelado raciocinio, la especie que ha escalado hasta la cima de la cadena alimenticia por su capacidad de análisis y resolución de conflicto, la única especie que ha conseguido el sedentarismo y consigo una sociedad estructurada, que ha logrado satisfacer sus necesidades y que sigue buscando soluciones a problemáticas que le acontecen es su vida día a día ya no sólo de supervivencia racial, creando una red filosófica sobre la vida social. 

Pero ¿Realmente el ser humano ha logrado evolucionar de la manera correcta? ¿Realmente hemos llegado a nuestra máxima expresión con todos aquellos conflictos sociales, políticos, económicos, culturales y estructurales hundiéndonos lentamente? ¿Realmente hemos logrado explotar todas las capacidades que el ser una especie pensante otorga? ¿Realmente es esto a lo que estábamos destinados? ¿A una sociedad que no ha logrado comprender el hecho de que no deberían existir barreras entre nosotros? ¿Una sociedad que no entiende que no somos una especie fuerte, ni grande, o con cualquier tipo de evolución física superior y que debemos usar nuestro cerebro y estar unidos para ser fuertes? ¿A caso estábamos destinados al completo fracaso?

En el año de 2098 finalmente se encontró la cura para algo que tanto nos preocupaba, finalmente la vacuna para el VIH y SIDA había sido desarrollada, se veían en los noticieros como miles de personas acudían a hospitales públicos y privados de todo el mundo acudían a ponerse la tan codiciada prevención para la peor enfermedad que había existido, incluso vacunas fueron enviadas por la ONU hasta las zonas más pobres de África. Con la vacuna desarrollada y con una tasa de mortalidad prácticamente nula, las personas que ya la padecían tenían la esperanza de que pronto se hallará una cura y el mundo creyó que por fin estaba a salvo. 

Sin embargo, nada es lo que parece, no todo sale como lo planeamos y en el año de 2118 se registró el primer caso de cáncer desde hacía más de treinta años, los científicos habían hallado la forma de encapsular células cancerígenas y hacer que el cuerpo las desechará de manera natural, la población entró en pánico al descubrir que el cáncer estaba de vuelta, las personas se encerraban en sus casas como si fuera una enfermedad viral que se podía prevenir en aislamiento.

Pobres ilusos.

Las investigaciones comenzaron y se descubrió que la vacuna del VIH con la que aproximadamente el 98% de la población mundial contaba, generaba una mutación del genoma humano en el par de cromosomas dieciséis y todos se preguntaban como es que no lo vieron venir, como es que nadie se había dado cuenta.

Las investigaciones y experimentos con el chico de diecinueve años que sufría de leucemia continuaron y tres meses después ya había aproximadamente ciento cuarenta y tres casos tan solo en Corea. Millones de estudios se llevaron a cabo para descubrir que por lo menos el 82% de las personas que contaban con la vacuna tenía una mutación considerablemente grave.

Se intento de todo, radiación, encapsulamiento, quimioterapia, donaciones de células madre, pero nada funciono; miles de personas alrededor del mundo comenzaban a morir en condiciones de salud verdaderamente deplorables por la falta de medicamentos que dejaron de producirse hace décadas y eso fue la sentencia de muerte que nadie esperaba. 

Dos años después de que la arrasadora ola de cáncer terminara con el 40% de la población mundial, estudios arrogaron que fetos y personas no mayores a cuarenta años podían ser modificados genéticamente, debido a que su cuerpo aún generaba exponencial número de células y estas estaban en continuo desarrollo se podía corregir el error, sustituyéndolo con un material sintético bio-orgánico, pero como toda solución experimental era demasiado costosa, la economía del mundo estaba peor que en cualquier otro momento de la historia por una crisis económica derivada de la paronia y desesperación, era peor que un apocalipsis, veías a la gente matar por una maldita lata de verduras para alimentar a sus familias, la mayoría de las empresas se fueron a la quiebra y muchos perdieron sus empleos, los niños veían morir a sus padres por un cáncer que ni siquiera sabían que existía.

El mundo se desmoronaba frente a sus ojos y no había nada que pudiera hacerse, ni siquiera el dinero podía salvar a las ratas que se pudrían en él, era como vivir el día del juicio final.

Los gobiernos y organizaciones mundiales hicieron una última apuesta que sería como lanzar una moneda al aire y cruzar los dedos por que saliera lo que necesitaban, el par de cromosomas dieciséis sería eliminado de los seres humanos.

Era una estupidez, un completa locura, era suicidio, patadas de ahogado que todos sabían que no podía terminar bien, un tema tan controversial de gente diciendo que por algo se tenían veintitrés pares de cromosomas y otras apoyando la causa con tal de tener una última pizca de fe y esperanza para sobrevivir.

Pero sólo fue el final del mundo como se conocía, los problemas de salud físicos se volvieron psicológicos, los seres humanos se habían despedido de toda cordura junto con su par de cromosomas, gente que había despertado completamente loca, desquiciada y millones de enfermedades mentales tomaron el control de las personas que decidieron seguir aquella pizca de esperanza que los llevo a aventarse de un precipicio.

El Centro de Investigaciones Médicas y Científicas ZION, una organización privada que milagrosamente había conservado sus fondos desarrollo el programa “FIP-008” tres años después de la catástrofe que los gobiernos habían hecho, este laboratorio había mantenido un perfil bajo y sabía que todo lo que había sucedido en los últimos veinte años tendría consecuencias graves no solo con la especie, también con el planeta ya que generar aquel desequilibrio en el flujo de la naturaleza no sería algo que la madre naturaleza, dios o el destino tomarán a la ligera, eso pasaría factura.

Este laboratorio contaba con cuarteles centrales bajo tierra, pues ya era demasiado tarde para iniciar una colonia en otro planeta, pero dos años antes de dar por iniciado el programa se dedicaron a "reclutar" a un total de ciento cincuenta niños, todos con la mutación genética, de entre cinco y diecisiete años para formar parte de la investigación que podría salvar al mundo, o lo que quedaba de él y en ser el último intento desesperado por salvar a la raza humana.