Lo único que queda es un mundo desolado y frío, la obscuridad y la desesperación han cegado a las personas que podrían haber salvado a otros de caer en el fin del mundo como se conoce, solo algunos fueron elegidos para ser la esperanza de la raza hu...
Cuando un barco se hunde sólo tienes dos opciones, sobrevivir o morir con él, no hay más, no hay punto medio, no hay otras opciones, es ese momento en el que decides si vives o mueres y eso es lo más difícil, porque la decisión recae en nuestras manos y entonces lo que elegimos es un reflejo de nosotros mismos y ya no podemos culpar a dios, al destino, al karma o a la vida misma, somos sólo nosotros y el camino que elegimos.
Y por más valientes que seamos, somos estúpidos y elegimos lo difícil y elegimos vivir pero es incierto porqué no sabremos si hemos elegido bien o nos arrepentiremos después y entonces ahora estamos en la inmensidad del mar, solos, sin nada, con todo jugando nos en contra pero elegimos vivir.
El vacío nos borra la memoria, la falta de emociones, propósitos y motivaciones nos hace débiles y vulnerables y nos perdemos, no sabemos quines somos ni de lo que queremos, esa laguna en nosotros nos hace inseguros y tontos, irreventes y estúpidos, te desfigura el alma y no logras reconocerte, pero también es agotador y te deja cansado de buscar y entonces solo quieres encajar, no importa dónde, ni cuando, ni porque, y es que sólo que da la cáscara de lo que solías ser pero adentro no hay nada y pierdes todo porque te haz perdido a ti.
El vivir vacíos no es tan fácil como parece, es toda una filosofía de vida en la que te lamentas por no haber sido lo que esperabas de ti mismo, de no ser la persona que deseabas, de no haber podido salvar lo que más amabas y es ahí cuando abres los ojos y te das cuenta que el vacío es el resultado del fracaso y del encierro.
Miles de preguntas te llenan la cabeza cuando estás en ese bote salvavidas esperando que la deshidratacion, la falta de sueño, el hambre y la culpa hagan su trabajo y mueras de una vez por todas sin tomar la responsabilidad de dicha acción, te preguntas como es que sigues con vida, te preguntas porque no podrás vivir más, te preguntas que se habrá sentido vivir, te preguntas que se sentirá no tener miedo, no tener miedo de ti mismo, de lo que eres, de lo que fuiste, de lo que piensas y de lo que deseas.
Así es como encontramos la cura para el vacío y esa es la libertad, la mayoría de las veces no sabemos que hacer con ella, otras tantas nos da miedo lo que lograríamos hacer si la tomáramos pero de eso no te das cuenta hasta que la pierdes, hasta que no sientes más que anhelo por ella porque se ve distante e inalcanzable pero eso no es más que una ilusión óptica porque la libertad siempre está al alcance de la mano, lista para ser tomada y con ella llenar los agujeros vacíos del alma y sanarla, porque el verdadero vacío es el que nos rodea y nos hace creer que hay otras personas que nos salvarán pero eso es una mentira, todo depende de uno mismo, de tener el valor para ser libres y vivir como deseemos y no volver a sentir que el vacío está adentro y que la vida se nos ha escapado entre los dedos de las manos.
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