chr 5: oblivion.

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El olvido, esa oscura grieta en la continuidad de la vida, del espacio, del tiempo, de nosotros mismos que nos hace perder noción sobre el sentimiento de estar vivos en este mundo ordinario donde nada pareciera ser suficiente comparado con la grandeza misma de la existencia.

Y es que como pasar por alto el olvido en este caótico ciclo de vida que nos ancla a un destino sin propósito, lo que sólo nos orilla a pensar que cuestionar nuestra existencia misma es el propósito al que estamos destinados, lo que es aún más contradictorio que la realidad y la fe a la que nos sometemos para poder vivir sin sentir que caemos al vacío y somos presas del miedo.

Llegamos al punto donde la memoria es la luz y el olvido el camino, ese sendero por el que caminamos a ciegas porqué hemos perdido el privilegio de ver, la obscuridad, el silencio y todo aquello que nos ha perseguido hasta este punto es lo único que nos acompaña, no hay fe, no hay esperanza, probablemente tampoco haya una salida pero ¿qué más nos queda?

Estamos solos en esta inmensidad llamada universo, porque nacimos y morimos en la soledad sin ayuda de nadie y entonces si sabemos la insignificancia de nuestra existencia y como somos absolutamente nada en un mundo que apenas representa la vida a nivel universal.

¿Por qué si estamos conscientes de aquello seguimos teniendo al olvido?

La respuesta es tan sencilla, y es que nos hemos lavado el cerebro y justificando el destino, aquel al que le hemos inventado miles de orígenes como los que dicen que ha sido tallado en piedra desde tu nacimiento, ese que otros dicen que tu forjas con cada paso que das aunque el camino esté tan enredado y confuso que no sabes donde comienza y donde termina, pero que sin importar nada hacemos todo para ser recordados, para ser grandiosos y probar un bocado de éxito pasajero con el objetivo de demostrarnos a nosotros mismos que el olvido no nos asusta, que podemos marcar algo en la historia y tener relevancia, que haremos algo por otros aunque el tiempo no nos permita verlo con nuestros propios ojos, todos luchamos para ser recordados de la mejor manera.

Sin embargo concluimos que el olvido es mucho más sencillo de explicar, por qué el olvido es no recordar, significa borrar y seguir, es no saber o ignorar, pero el olvido es un terrible mal que nos enferma porque no es selectivo, es general, olvidas lo bueno y lo malo, lo blanco y lo negro, la luz y la oscuridad, la felicidad y el miedo, el coraje y la cobardía, te pierdes a ti mismo en ese gran abismo sin un atisbo de conciencia y empiezas de cero esperando que con suerte esta vez todo salga bien, todo se haga de acuerdo al plan, que todos sigan las instrucciones pero también sabemos que el libre albedrío es peligroso y volátil, incierto e inestable, lo que nos lleva a creer que el olvido nos debilita porque jamás habrá un borrón y cuenta nueva, sólo escribimos sobre las marcas que quedan plasmadas en la hoja sin saber porque están ahí siendo conscientes de que los malos hábitos nunca mueren pero aún así hay que seguir con el pensamiento de que jamás será demasiado tarde para salvarnos.

Sin embargo concluimos que el olvido es mucho más sencillo de explicar, por qué el olvido es no recordar, significa borrar y seguir, es no saber o ignorar, pero el olvido es un terrible mal que nos enferma porque no es selectivo, es general, olvid...

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