te encontré

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-¿Ah no?- apoyo las manos sobre la reja.- Entonces cómo justificas que Kakashi salió corriendo diciendo que no dejaría que lo violaran ¿eh?-

La mirada sería de ambos, sus expresiones, su voz sería que tenían y las ganas de asesinarlo de Óbito, hacían que el ambiente se sintiera tenso.

-..- no ubo respuesta.

-Hagamos la cosas más rápido, ¿Aceptas que eres culpable?

No dio respuesta, sabía que estaba condenado, que ganaría un odio de muchos, porque Kakashi era demasiado querido, pero aún contaba con su hermana, si el no podía quedarse con Kakashi nadie lo haría.

11:30

El rubio se preparaba para su almuerzo con Itachi, recibiría la respuesta que tanto quería.

-Oye Dei, ¿no te parece raro que Kakashi no volvió cuando se dio cuenta de la hora?

-Pues, siendo sincero si, aunque más que seguro que está bien, debe estar trabajando.

-Espero. Bueno vete ya, no querrás llega tarde con Itachi.

-Si, mejor me voy.- se despidió de su amigo y de encaminó al restaurante en el que se encontraría con Itachi.

Luego de un rato ahí estaba, en el restaurante en en que recibiría su respuesta.

Era un lindo lugar, un restaurante de dos pisos, pequeñas mesas redondas de roble oscuro, decoradas por un mantel rojo, cada mesa tenía un pequeño florero de centro de mesa a su costado un caja de servilletas junto a los condimentos.

Se adentro al lugar, viendo en una de las tantas mesas a aquel Azabache de coleta. Con un poco de velocidad se acerco al alfa.

-Hola, itachi.- Dijo el rubio con un tono nervioso, parado al lado de la mesita.

-Hola, Dei, sientate, adelante.- Saludaba con una sana y linda sonrisa.

El rubio hizo caso.

-Y bien, ¿Cómo estás?- Pregunta el Uchiha.

-Pues.. algo nervioso, ¿Vos?

-Bien, muy bien. Y dime Dei ¿Está preparando para pasar tu vida junto a mí?

-Eso quiere decir...

-Si, lo acepto, me gustas.

Un lágrima de felicidad se deslizó por la mejilla teñida de rosa, que rápidamente fue secada por el alfa.

-Te juro que te hare el Omega más feliz de el mundo, Dei.

En la casa en donde vivían los tres omegas, se encontraba el pelirrojo mirando la televisión, aunque, su mente se encontraba en otro rumbo, se sentía preocupado, pero.. ¿Por qué?

Un golpe en aquella puerta de madera, que daba entrada a la casa lo saco de sus pensamientos.
Se dirijo hasta ella y al abrirla se encontró con la abuela, anteriormente nombrada, junto a el peliverde.

-Hola jovencito... Le traje esto.- Acerco una bandeja con galletas con chispas de chocolate, recién horneadas.- Es una forma de pedir disculpas por aquella denuncia.

Señor oficial -obikaka-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora