*El perfil de Jenna en la multimedia🧎🏻♀️*
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—Al menos lo has intentado.
—Ya, Alba, pero he suspendido. —contesté pateando una piedrecilla. —Voy a tener que repetir el curso, ya lo verás.
—Pues si es así te aguantas. —dijo y la miré de mal humor. —Me da igual si te enfadas, si suspendes el curso será por tu culpa.
—No seas tan dura, joder.
Dejamos de hablar mientras atravesábamos el pasillo hacia la salida.
De toda la gente que conozco, Alba es la única que me dice las cosas claras. Le da igual si me afectan o no, ella sabe que tiene razón y se atreve a decirme lo que piensa, por eso es mi persona favorita.
—¿Te llevo? —preguntó cuando llegamos a su coche.
—Me quedaré escribiendo.
—¿En la cafetería de Jenna? —sonrió.
—Sí.
Intenté sostenerle la mirada mientras sonreía con esa gracia. No pude soportarlo más y terminé riéndome.
—¿Qué? —pregunté. —Deja de mirarme así.
—Nos vemos mañana.
Se acercó para dejar un beso en mi frente y yo esperé a que subiera al coche y se alejara. Me despedí con la mano cuando me lanzó un beso desde la distancia y entonces crucé la calle. Con energías y olvidando el suspenso de ese examen entré a mi cafetería favorita esperando ver esa sonrisa de la camarera, pero me encontré con otra escena.
Un hombre le hablaba mal y ella intentaba calmarlo desde el otro lado de la barra.
—No puedo, lo siento. —le dijo ella.
—Díselo a tu padre. Él sabe que le voy a pagar. —dijo él.
No era muy mayor, debía tener unos treinta años. Los ojos de Jenna se posaron en mí cuando entré y vi pánico en ellos. La cafetería estaba vacía como siempre, estaba ella sola ante el peligro.
—Mi padre no está. Y no podemos fiarte más cosas, nos debes mucho dinero.
—Edward sabe que a final del mes pago todas mis deudas.
—No vas a irte sin pagar. —dije yo.
El hombre se giró para mirarme. No me dio buena espina su aspecto.
—¿Y tú quién eres? —preguntó.
—Su amiga, y si te está diciendo que les debes dinero y que no va a apuntarte más cosas en tu lista de deudas, lo que vas a hacer ahora es pagarle.
El muchacho buscó la aprobación de Jenna cuando la miró. Ella asintió con un suspiro.
—No tenéis compasión. —le dijo mientras con prisas buscaba su cartera. —Toma tu maldito dinero y métetelo por el culo.
Yo apreté los puños a los lados de mi cadera intentando mantener la calma. Presencié cómo le tiraba los billetes a la cara y Jenna se agachó para recogerlos. El chico y yo nos quedamos mirando cuando él pasó por mi lado, y la gota que colmó el vaso fue cuando chocó bruscamente su hombro con el mío.
Lo seguí a paso rápido.
—Jackie, no.
Con el corazón acelerado paré mis pasos en cuanto dijo mi nombre y dejé que se marchara sin sangre en la cara. Me giré de mal humor.
—¿Cómo dejas que te traten así? —casi grité. Ella rodeó la barra para acercarse. —¡Ese tío es un imbécil! ¿Quién se cree para...
—Hey, ya está. —dijo agarrando mis manos. Me relajé un poco. —Es un amigo de mi padre, tiene confianza con él y la ha usado para no pagar cada vez que viene. Mi padre me dijo que no se fuera nunca más sin pagar porque no cumple con su palabra de pagarnos a final de mes.
—Pues menuda cara tiene. —solté malhumorada.
Ella sonrió.
—Bueno, si no fuera por ti se hubiera ido sin pagar otra vez. —dijo. —Gracias.
El mal humor se me fue de golpe. La tenía frente a mí acariciando mis manos porque sabe que pierdo el control fácilmente, estaba sonriéndome de cerca y yo era muy débil ante esos hoyuelos.
—De nada. —sonreí finalmente. —¿Me pones un café?
—Lo que quieras.
Soltó mis manos para rodear de nuevo la barra y prepararme ese café. Me quedé como una tonta ahí de pie mirándola. ¿Cómo puede ser tan adorable? Mírala con ese uniforme... La camiseta le queda grande pero intenta ocultarlo metiéndosela por dentro del pantalón, y cuando se recogía el pelo su rostro quedaba completamente al descubierto, y con eso, sus pecas.
—¿Cómo te ha ido el examen? —se giró de repente.
Ella sonrió nerviosa desde la distancia y yo casi corrí hacia mi mesa. Me había pillado en las nubes y no tenía ninguna excusa que darle. Y ella se dio cuenta, por eso me sonreía así.
—He suspendido. —contesté mientras se acercaba. —No sirvo ni para estudiar.
Se quedó de pie a mi lado cuando dejó la tacita humeante sobre la mesa. No me esperé que me diera una colleja, yo me quejé y me llevé la mano a la nuca.
—¡Auch! —grité. —Pero qué bruta eres para ser tan pequeñita.
Me golpeó de nuevo, esta vez más fuerte y yo la miré desde abajo sorprendida.
—¡Jenna! —la regañé.
—Y como sigas diciendo tonterías, te daré otra de regalo.
—Ti diri otri di rigali. —me burlé.
Cumplió con su palabra, me dio otro manotazo en la nuca y quiso alejarse después, pero yo agarré su mano y tiré de ella. Su rostro quedó muy cerca del mío mientras ambas nos desafiábamos entre risas.
Las bromas con ella siempre son así, brutas y graciosas.
—Ten cuidado, Ortega. —intenté ponerme seria. —Juegas con fuego.
—Uy sí, cuidado que la matona de Seattle me quiere matar.
No soltaba su mano, por lo que seguía igual de cerca frente a mí y aunque yo estuviera sentada, tan solo tenía que alzar un poco la cabeza para mirarla directamente.
—Me ofendes. —le dije.
Sonrió de manera burlona y sus ojos brillaron. Se deshizo de mi agarre en su mano pero no se separó, por lo que tuve que sostenerle la mirada.
—La próxima vez te serviré el café ardiendo.
Ardiendo estoy yo ahora mismo.
—Atrévete. —la reté.
Y así sin más, me guiñó el ojo y se alejó hacia la barra sabiendo perfectamente que yo estaba mirándola aún.
Esa tarde no escribí nada, no pude concentrarme porque una chica en concreto no paró de molestarme. Su turno terminó hacía rato, pero en vez de irse a casa y desaparecer de esa cafetería donde se pasaba toda la mañana, se quedó conmigo en la mesa bromeando y haciendo como que le interesaba la historia que estaba escribiendo.
Al rato me llevó a casa.
Me subí por primera vez en su coche y si vestida con el uniforme me parecía sexy, con su ropa normal y conduciendo me lo pareció aún más.
No había escapatoria a estas alturas. Estaba babeando por esa camarera.
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Capítulo corto pero significativo ;)
Díganme, por lo que llevan leyendo... ¿Qué les parece la Jenna de esta historia?
¿Y Jackie?
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If not for you
Novela JuvenilEl caos es incontrolable, y cuando existe en tu cabeza es indomable.