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||𝒄𝒂𝒏 𝒚𝒐𝒖 𝒓𝒆𝒂𝒅 𝒎𝒆 𝒂 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒚?⌉❁
La pelirosa fue la primera en despertar, al sentir la presión de unos brazos contra su cuerpo, al despegar su cabecita del pecho ajeno, se encontró con una cabellera rubia desordenada, quien dormía profundamente, rodeando con sus brazos a la chiquilla.
Se quedó atónita mirando como el desconocido dormía con tranquilidad, cuando contemplo más el rostro ajeno, se fijo del gran golpe que tenía en el ojo izquierdo y el labio roto, se veía un poco hinchado. Lo primero que pensó fue en decirle a su padre, que un invitado estaba lastimado.
— tengo que decirle apap..
Al girar su rostro, se fijo que la habitación que estaba, era diferente a la habitaciones de la mansión que vivía, el color de paredes era diferente al igual que el diseño y las decoraciones, pensó que el desconocido quien la había consolado, la había llevado a una habitación de invitados. Pero las habitaciones para hospedarse no eran así.
"¿Dónde estoy?"
Lo nervios la invadieron por completo, se estaba asustando, cada vez más; ¿que había pasado mientras se dormía?, solo recordaba que se dejo consolar, por el desconocido que había encontrado en el pasillo, que ahora mismo la estaba abrazando mientras dormía.
— ¿mami?, ¿papi?, ¿adeline? — hablo en voz baja, mirando de la ventana hasta la puerta de la habitación, normalmente adeline era quien la despertaba, pero al ver esto y no escuchar respuesta de absolutamente nadie, supo que no estaba en la mansión de su padre.— n-nana adeline..
Se veía que afuera todavía estaba nublado, seguía lloviendo pero no tanto como en la mañana, parecía ya ser tarde, eso le angustiaba más.
Giró su vista de nuevo al frente al ver como el habla alemán mayor, se removia, abriendo sus ojos soñolientos, dejando a la vista sus ojos carmesí.
— veo que ya te despertaste, ¿dormiste bien? — la pequeña se tenso al escuchar la voz ronca, sobre salir del rubio recién despierto, que se encontraba viéndola fijamente mientras acomodaba sus mechas rubias desordenadas.—
La niña no se había percatado, que estaba acostada en el pecho del alemán, quien se levantó casi de golpe cuando se dio cuenta, al ver el pecho descubierto del contrario, apenada al recordar que posible babeo su camisa con su saliva, mientras dormía, se preguntaba por qué varias cosas sobre todo, donde se encontraba.
