Maldita sociedad

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Cuando cumplí los 12, comencé a tener inseguridades con mi cuerpo.

A esa edad me hubiese gustado saber que los estándares de belleza están sobrevalorados.

No existe la talla perfecta. No existe el rostro perfecto. No existe la perfección.

Todas somos diferentes y eso es lo que nos hace hermosas.

Lamentablemente descubrí eso algo tarde.

Hoy en día, me sigue preocupado el que dirán. Me cambio tres veces el atuendo que voy a usar. A veces intento taparme lo más que puedo.

Al verme al espejo, me doy cuenta que debería dejar de preocuparme por lo que digan los demás y prestarle más atención a mis propios pensamientos.

Poco a poco estoy intentando cambiar mi mentalidad. Se que no será algo facil, nada en esta vida en fácil.

Ahora aprendí que; nada pierdo intentando ser feliz, a mi manera.

FragmentadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora