Capítulo 2

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Despertó dolorido. La cama era pequeña y había dormido en una posición incómoda. Ambos se rehusaron a dormir en el suelo, así que se acomodaron como pudieron en el reducido espacio del colchón.

En lo que se cepilló los dientes y se cambió, Naruto seguía babeando la almohada. Lo despertó de un pequeño golpe en la mejilla cuando vio que no había nada en la alacena ni en el refrigerador. Nada decente, al menos.

—¡Oi, teme! ¿Qué te pasa?

—Levántate. Vamos al mercado. Voy a estar aquí unos días, así que necesitamos más que sólo ramen. También necesito comprar ropa —Naruto se esforzó. En verdad lo intentó, pero terminó riendo a carcajadas cuando deparó en qué Sasuke traía el mismo traje roto que usó el día de la batalla contra Madara y Kaguya—. ¿¡De qué te ríes, imbécil!?

—¿Por qué demonios traes eso?

—Te estoy diciendo que no tengo más ropa —rodó los ojos.

Se levantó de la cama, estirando la espalda y las extremidades. Buscó en su armario un conjunto para él y otro para Sasuke—. Ten. Un Uchiha no puede andar por la aldea con ropa rota. ¿Qué dirían tus antepasados? Madara seguro lloraría de vergüenza.

Se sintió orgulloso de su chiste al ver a Sasuke oprimir los labios intentando no sonreír. Una vez se lavó los dientes y cambió, salió del baño. Sasuke estaba sin camiseta aún, intentando encontrarle el lado correcto a esta. Ya no quedaba nada de ese niño de 13 años, ahora estaba un adolescente alto y esbelto, con músculos tonificados.

—Sasuke, en verdad creciste mucho estos años que no estuviste aquí —el comentario de Naruto iba con la inocente intención de señalarle lo mucho que había pasado el tiempo, pero Sasuke se exaltaba con facilidad.

Lanzó lo primero que tuvo a su alcance, lo cual era un zapato de Naruto—. ¡No porque ahora sea tu novio vayas a querer hacer algo, pervertido!

Cierto. Ahora eran novios.

—¡No quería hacer nada! ¡Sólo era un comentario! Ni siquiera me gustan los hombres. ¡Ni siquiera me gustas tú! —gritó, igual de alterado.

Sasuke abandonó su pose defensiva. Le dio la espalda y se puso la camisa—. Cierto —hizo su recorrido hasta la puerta—. Si ya estás listo vámonos. Y trae dinero, porque yo no tengo.

Obedientemente lo siguió. Sentía que debía disculparse por algo, por eso se comportó adecuadamente el resto de la mañana. Primero pararon a comprar desayuno y siguieron a comprar ropa para Sasuke. Naruto y su monedero-sapo habían terminado llorando.

Para mediodía Naruto estaba acomodando un montón de comida mientras Sasuke se movía de un lado a otro cocinando—. Come.

Cuando volteó, Sasuke ya estaba sentado en la mesa con la comida frente a él—. Woah, ¿en qué momento aprendiste a hacer todo esto?

—Soy huérfano desde los siete años, ¿recuerdas? No sé cómo jamás has aprendido a hacer una comida decente.

Se encogió de hombros—. Nunca tuve a nadie que me enseñara. Supongo que tú aprendiste de tu mamá.

Asintió—. Lo básico, lo demás lo aprendí a prueba y error.

—¿Nunca te lastimaste?

—Por supuesto. Era pequeño y todo estaba muy alto. Me caía, me quemaba y me cortaba, pero tenía que comer —comieron un rato en silencio, con solo el sonido de los palillos en los platos—. Te enseñaré a cocinar.

Hizo un puchero—. Mejor dime que no quieres cocinar para mí-ttebayo.

Suspiró—. No es eso. Es algo que todos debemos de saber hacer. Además... eres mi novio, así que debo preocuparme porque comas bien —miraba hacia un lado con el ceño fruncido. Parecería enojado si no fuera porque estaba sonrojado.

My only love [Narusasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora