Soldier

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0.1


"Jeon Jungkook" habló con la voz raspada y profunda, llamándolo desde la entrada. "El rey... Quiere verle"

La mandíbula de Jungkook se tensó y su puño se afianzó alrededor de la espada que empuñaba. Frente a él, un par de ojos curiosos le miraban expectantes, esperando cualquier movimiento o palabra que saliera de sí. "Yo... Te explicaré cuando regrese ¿Está bien?"

Seokjin asintió, aún con preocupación en sus retinas. Jungkook dejó a un lado la espada y el mayor solo pudo ver su espalda desapareciendo por los pasillos de la sala de entrenamiento. El comandante caminaba a su lado haciéndolo sentir pequeño, estaba nervioso y sabía lo que venía, después de todo fue entrenado para eso.

"¿Estás... Estás consciente de lo que viene?" Jungkook regresó la mirada hacía el comandante, quien portaba un gesto más suave del que antes le había dado. "Lo estoy" carraspeo y regresó la vista al frente sin dejar que el contrario notara el deje de duda en su voz. "Seokjin y yo te entrenamos muy duro, Jungkook, pero está bien tener miedo"

¿Miedo?

Rió sin gracia y prefirió guardar silencio. Jungkook definitivamente no tenía miedo, los nervios que le corroían eran parte de la emoción que estaba sintiendo, lo había esperado toda su vida y por primera vez desde que tenía memoria sintió que su misión estaba más cerca que nunca. Ambos entraron al salón principal luego de ser anunciados ante el rey, ante sus ojos se abría paso una habitación gigante repleta de lujo, antigüedad, historia pintada en paredes y techos. Y justo en frente, dos tronos en la parte más alta del salón, reservados únicamente para un rey y una reina.

Apenas entraron y estuvieron al menos a dos metros de distancia de la máxima autoridad, ambos soldados se hincaron en una reverencia reservada para el cuerpo de caballeros, mostrando su respeto. "Soldado Jeon" se dirigió directamente a él, el mismo que se incorporó para verle de frente. "Su majestad" El rey sonrió de lado y pasó su mirada de Jeon a Kim "Le felicito por su gran trabajo, comandante. Jeon es el indicado para ascender a este puesto" El mayor solo asintió con la cabeza sin tomarse mucho crédito, puesto a que el menor había logrado todo aquéllo por su propio esfuerzo y destreza, era un soldado fuerte e innato.

Jungkook se limitó a sonreír con cierta complicidad consigo mismo, cosa que ignoraban por completo los dos presentes. "Ha sido un honor para mí entrenar al muchacho, majestad" el rey rió y con un movimiento de dedo, hizo que el menor se acercara más a él, hasta que lo tuvo tan cerca que cuando se levantó del trono se encontraron cara a cara. Jungkook volvió a hincarse, esta vez sobre su rodilla derecha, la posición que portaban cuando el rey elegía a soldados para cumplir con misiones especiales y ascendían de cargo. "Quiero nombrarte a ti, Jeon Jungkook, como un soldado de la guardia real. Tu misión en este cargo será directamente con el príncipe heredero y tu lealtad se deberá a él, tu vida se deberá a él... ¿Acepta el cargo, soldado Jeon?"

Jungkook quiso reír, le hacía gracia la formalidad de la realeza y sus modos de convertir un simple ascenso en toda una ceremonia de bodas ¿Que si aceptaba? Tenía que hacerlo, incluso si esa no fuera su misión, debía hacerlo, pues todo aquél que fuera contra los mandatos del rey era condenado al destierro. Pensó en sus adentros que una vez que el poder regresara a su gente y la rebelión restableciera su casta al sistema, cualquier tipo de supremacía o superioridad de las castas debería eliminarse. "Acepto, su majestad" y entonces firmó su condena, o quizá el aseguramiento a su libertad.

Un soldado llegó con una nueva armadura para él, acompañado de un sello de calor. Así era, la guardia real debía ser marcada como animales con la excusa de poder identificarse entre sí, pero todos sabían que el único propósito era pasar a ser propiedad del rey. Jungkook descubrió su cuello y fue Namjoon quien se ofreció a hacerlo, liberando feromonas tranquilizantes por inercia; solo podían percibirlas los omegas, por eso a la nariz de Jungkook llegó un aroma suave a roble, que las sirvientas omegas que estaban cerca de ahí tampoco pudieron pasar desapercibido.

El sello ardió y Jungkook reprimió un grito de dolor, su lobo en cambio despertó y por un momento luchó para tomar el control, pero los supresores no lo permitieron. Temía que en sus ojos se reflejara el destello de ira que su omega sentía, pero contrario a eso, su mirada fue recibida por la calidez de Namjoon, quien le decía que ya había terminado. Ambos salieron del salón haciendo una última reverencia de pie, encaminandose a la nueva habitación de Jungkook que se ubicaba en el mismo piso que el de la realeza.

El sensible oído de Jungkook pudo percibir el sonido de unos pasos apresurados a lo lejos, hasta que los interceptó la presencia de cierto castaño alto. Su aroma era terriblemente fuerte y embriagante, con su lobo tan sensible aquéllo representaba un peligro. "¡Namjoon!" Gritó con la voz profunda, Jungkook podía oler la molestia e incluso sin las feromonas, era perceptible. "¿Por qué dejaste a mi padre hacerlo? No soy un niño" Namjoon reaccionó rápidamente y codeo a Jungkook, indicándole que debían hacer una reverencia.

Lo hicieron de inmediato y el príncipe se limitó a rodar los ojos "¿Ya terminaron? Responde" Namjoon tragó y trató de comportarse frente a él, pero era verdad que era algo común que lograra sacarlo de sus casillas. "Príncipe... No puedo contradecir al rey y usted sabe que un guardia personal es lo que-"

"¿Es él?" Taehyung miró a Jungkook de arriba a abajo, sin perder de vista ningún detalle de su nuevo guardia real, su soldado personal. "Si, príncipe" Taehyung gruñó con molestia, dejando que su lobo se expresara todo lo que quisiera. "Deja de llamarme príncipe cada vez que me dices una palabra" "Y tú..." Se acercó a Jungkook hasta que sus rostros estuvieron casi unidos "Mañana a primera hora en la sala de entrenamiento real" Y sin más, pasó por en medio de ambos dejando impregnada su esencia a café.

"Temo que tu primer encuentro con Tae- El príncipe heredero, haya sido de esta manera" Se disculpó una vez llegaron a su habitación, deteniéndose a sí mismo de pronunciar el nombre que usaba con él en la informalidad. "¿Estarás bien mañana?" Jungkook le sonrió por primera vez en todo el día y se adentró a su nueva habitación "He sido entrenado para dar mi vida por él, puedo soportar unos cuantos rasguños de su parte" Dijo rompiendo las formalidades, Namjoon palmeo su hombro "Patea su trasero real ¿Quieres?" Ambos rieron por la broma y antes de que Namjoon terminara de marcharse, suspiró y se dirigió nuevamente a Jungkook "Felicidades, Jungkook" y el pelinegro solo susurró un simple gracias antes de cerrar la puerta tras de sí.








...

Corto, pero se vienen más largos jejejekekej

Soldier, king | taekook omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora