good luck, leah. [Kit Connor]

3. Nuevo colegio

Leah

Estuve a nada de decir qué tal vez es lo que necesitaba, un accidente trágico para saber quien vendría a verme pero resultó peor.

Después de unos días le llegó la llamada a mi papá de que había incendiado una cabaña por lo que vieron pero fue accidente, ellos llamaban disculpándose y mi papá me culpó a mi aunque la policía y ellos dijeron que no tenía nada de culpa por que fue en defensa.

Estoy en un hilo de en cualquier momento va hablar y me va decir que me va mandar a su gran escuela en Nueva York.

— ¿Hasta cuando vas a comportarte? — en serio me lo está preguntando.

— Papá, no fue mi culpa.

— Me llamaron para decir que incendiaste dos cabañas.

— Incendie una, — Le levante un dedo para explicarme mejor. — por accidente y la otra la incendió el mismo tipo que me atacó.

— El cual está en el hospital en cuidados intensivos. — en serio me está regañando por esto.

— ¡Pude haber muerto y te importa más como quedó el tipo que me apuñalo!

— No estoy diciendo eso.

— ¡Claro que si!

— No vengo a discutir así que quiero que te pares y te cambies y bajes, porque te voy a llevar a un lugar. — no me dejo ni hablar porque salió de mi cuarto y me dejo con la palabra en la boca.

Solo me cambie con cualquier cosa, no sabría ni a donde me llevaría y lo que más temía fuera que sea al aeropuerto a un vuelo de aquí a Nueva York para poder estar en su colegio ese.

Al bajar con mis cosas, casi casi me lleve todos mis ahorros para escaparme y no terminar ahí.

— Solo lleva tu celular no necesitas nada más.

— ¿Adonde me llevas?

— Al centro de la cuidad, te voy a llevar a un lugar para que te entretengas la semana que te queda de vacaciones.

Perdí un poco el miedo al decirme eso y al que me dijera que solo me queda una semana de vacaciones, ya habían pasado casi un mes desde lo del campamento y estuve en reposo la primera semana y después ya estuve haciendo más cosas ya se me hacía mucho que me dejara hacer nada esta semana.

El transcurso de mi casa a donde me iba a llevar fue corto pero llegamos a un simple McDonald.

— Buen día Jake. — saludó a un señor de igual como su edad.

— ¿Que tal, Rick? — se saludaron se la mano con un medio abrazo. — ¿Ella es Leah? — me señaló. 

— Si, ella es mi hija. — me dio un abrazo por los hombros. Hipócrita.