good luck, leah. [Kit Connor]

8. Ataque

Kit

Creo que al ver la alteración de Daphne no me importo mucho que tanto estaba o no enojado con ellas o en especial con Leah, creo que había generado algo genial con ella en las últimas dos semanas que es muy poco si le preguntas a cualquier pero me sentí traicionado al ver que no me creyera lo que vi.

Me fui corriendo con Daphne pero Daphne corría más lento y yo no sabía cómo eran las habitaciones de ellas, era muy largo el tramo.

— ¿Porque tienen una habitación tan lejos? — pregunté desesperado y con rabia que no llegáramos.

— Es la habitación 2.

— ¿La primera de todas?

— Si, solo corre.

Odiaba las habitaciones me sentía como en un backroom, todas las paredes iguales y amarillas cabe recalcar y con las mismas formas y parecía que te podías perder.

Al llegar solo vi que Mae estaba enfrente de ella y le estaba hablando de la manera más rara.

— Solo no vayas a luz, Leah.

— ¿Porque le dices eso?

— ¡No la ves! — Me dijo hasta que se percató de quien era. — ¿Porque lo trajiste a él? — pregunto de lo más agresivo.

— No encontré a nadie y a él si.

— Deberíamos ir por alguien que sepa medicina.

Solo decidí ignorarlas y ver cómo se encontraba Leah, pensé que estaba convulsionando a como lo describía Daphne pero estaba llorando y no respiraba muy bien, era un ataque de pánico o ansiedad no lo sé.

— Niñas, solo es un ataque, no necesita un doctor. — Me senté con ella a su lado y la abracé.  — ¿Como te siente, Leah?

— No respiró bien. — dijo lento pero lo dijo bien.

— Ven aquí. — La abrace aun mejor. — quiero que solo trates de respirar a tu modo, no pienses en nada más, más que en cómo respirar, solo existimos tu y yo en este momento no hay nada ni nadie más.

— Hace dos minutos pensé que moriría.

— Oh no, no lo permitiría. — Reí un poco para ver si se controlaba mejor. — Inhala lo más que puedas y suéltalo todo. — Y solo sentí como sus pulmones se llenaban de aire y así su llanto se controlaba. — Ya pueden apagar la luz. — les hable a Daphne y Mae quienes solo me miraban con la cara más insólita que he visto, me dio gracia a decir verdad.

Ellas apagaron la luz y yo solo me recosté un poco mejor con ella, hice que se cobijara mejor y yo me cobijé con ella porque no voy a mentir hace mucho frío aquí.

— ¿Haz dormido algo? — le pregunté en un susurro.

— Nada.

— Entonces... ha dormir ¿que dices?