Nuestro encuentro parte II

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Capítulo cinco.

Tsuna estaba en un lugar oscuro corriendo a todo lo que le daban sus torpes piernas, que nunca habían sido muy hábiles, mientras corría logró ver una luz a lo lejos, sentía que si no corría estaba muerto, así que empezó a correr más rápido hacia la luz, que podría ser su salvación, pero al tocar la luz sintió algo tibio y cálido que lo protegía.

Al abrir los ojos vio una camisa blanca, volvió a parpadear y al subir la vista se topo con unos ojos grises que eran más fríos que el hielo, pero incluso su intuición le decía que ya los conocía.

- ¿Cómo te sientes? – Tsuna escuchó la voz que le había causado tal impacto en su primer día de clases, sintió que de nuevo su presión bajaba y volvía a ver borroso, volteo hacia la puerta y ahí lo vio parado, con unos años más encima, más alto y hasta cierto punto con mejor tono muscular – Sawada – kun – al mencionar su nombre Tsuna volvió a sentir mal su estómago, quería gritarle, quería golpearlo, quería hacerlo sentir 100 veces más el dolor que él había vivido.

- Masato... ¿por qué no te retiras?, al parecer tu presencia le da asco al herbívoro – Masato no se podía creer las palabras tan hirientes que había pronunciado el presidente, sin siquiera una pizca de sentimientos.

- Claro... permiso – así Masato se retiró de inmediato a la orden del pelinegro, porque sabía de lo que era capaz sino se obedecían sus órdenes.

- Hey podrías soltarme herbívoro – Tsuna no se había dado cuenta de cuánto tiempo lo había sostenido de la camisa tan fuerte y todo por el miedo de ver a su ejecutor en la puerta, había estado tan cerca de él que sentía nuevamente las ganas de vomitar – no salgas de aquí hasta que terminen las clases, dos de mis hombres estarán vigilando que no venga ese herbívoro a molestarte, más te vale que me obedezcas o te morderé hasta la muerte – Tsuna abrió los ojos como platos ese hombre ¡¡¡lo había amenazado en su primer día!!!

Así lo vio salir del lugar y vio a los mismos alumnos de la entrada en la puerta de la enfermería, así que le dio una vista rápida al chico de cabello negro, era mucho más alto que él, tenia por lo visto una gran autoridad en la escuela y tenía la mirada fría, pero a pesar de esa mirada tan penetrante, ese chico estaba calientito, lo había sentido cuando lo tocó.

Tsuna se sonrojo por lo que había pensado sobre su sempai y se tiro a la cama a dormir, aun no se sentía nada bien y empezaba a tener los achaques de lo que había vivido momentos atrás y de la nada empezó a pensar en el Demonio de Namimori, si ya lo había cuidado por año y medio, podría cuidarlo un poco más ¿no? Cerró los ojos y se imaginó a aquel ser gigante y con gran poder que lo cuidaba.






Mientras tanto en los pasillos

Iba caminando por la escuela vigilando los pasillos buscando herbívoros que trataran de romper las reglas que él se había en cargado de proteger desde que era más joven, pero de vez en cuando se le venía la imagen de ese herbívoro en la ceremonia de inicio, él había estado vigilando el evento desde el inicio verificando que nada estuviera fuera de lugar y fue cuando se dio cuenta de que ese herbívoro no ponía la atención suficiente, iba a morder hasta la muerte por rebelde, pero al verlo levantarse y vomitar sangre supo que no era un rebelde de verdad venía enfermo, luego la expresión de terror que se había pintado en su rostro lo había sorprendido y todo por ese inútil herbívoro del consejo estudiantil, no iba a negarlo odiaba que alguien causara más miedo que él en ese distrito, pero ya iría antes de que terminaran las clases para hablar con el herbívoro y sacarle toda la verdad, aunque tuviera que molerlo a golpes.








Al terminar la penúltima clase Hibari se dedicó a caminar a la enfermería de manera silenciosa entró y al llegar casi al pie de la cama escucho al herbívoro llorar y rogar por protección, pero Hibari era un testigo de que Dios no escuchaba a los débiles y que siempre los dejaba perecer solos, como imaginó era un herbívoro ingenuo como todos los demás, pero de repente cuando iba a pedirle que se largara, escucho sus impactantes palabras. 

- Por favor protégeme como lo has hecho todo este tiempo aléjalo de mí, devora su alma y consúmalo en las llamas del infierno, que en su cuerpo quede marcado el dolor que me causo, que en sus ojos se vea la desesperación que yo viví al verlo, por favor demonio que cuida de Namimori, si cumples mi deseo te doy mi alma, mi cuerpo, mi vida a cambio de que él no se vuelva a acercar a mi – Hibari oyó esa oración hacia su persona, sabía que se referían a él como el demonio que protegía la ciudad y eso lo hizo sentirse poderoso, superior algo en su interior se revolvió y sin saber realmente lo que hacía tomó al herbívoro del cabello lo volteó hacia él para que sus ojos dieran de lleno con los del contrario y así al ver las lágrimas de desesperación por su protección sonrió como un verdadero demonio.

- Acepto el trato – lamió sus lágrimas y el sabor salado de ese dolor que lo llevaba a venderle su alma lo embargo por completo y para sellar su trato le mordió el cuello dejando una marca que no se borraría en meses, ya después vería que hacer para marcar a ese herbívoro de por vida, porque ahora le pertenecía.

Tsuna quedo impactado por la presencia del hombre de ojos de hielo, pero al escuchar sus palabras no supo cómo interpretarlo, pero si con su pobre vida podía comprar un poco de felicidad por su corto lapso en la escuela, no le importaba venderla una y otra vez a aquel demonio de ojos de hielo que lo había cautivado desde la mañana.

Continuara...


SOMBRAS DEL PASADO (Katekyo Hitman Reborn) (Yaoi18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora