Pánico.

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Espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.


Capítulo seis.

Desde aquel encuentro en la enfermería no había visto al demonio al cual le había vendido su alma, pero su intuición le decía que siempre era vigilado, desde que salía de casa, hasta que se iba a dormir por la noche y eso le hacía sentirse seguro, claro a veces era incomodo porque se vestía por la mañana y le daba vergüenza y acababa cerrando las cortinas, algunas veces lo olvidaba por completo y se desvestía frente a la ventana si ningún pudor, pero bueno no era que tampoco se preocupara por localizar al demonio, la verdad es que se había dado cuenta de que su protección era increíble, desde que se había hecho el contrato nadie se atrevía a tocarlo, uno de los miembros del comité disciplinario se la vivía pegado a él durante las horas de clase y se encargaba de mantenerlo a salvo todo el día.

Lo mejor del asunto es que al parecer el poder del demonio de Namimori obligaba a que los más listos de grados superiores lo ayudaran a estudiar y así mantener bien sus notas, claro no sin antes desesperar al pobre que le tocaba darle asesoría por su gran torpeza a la hora del estudio, había veces que no daba ni una y la persona acababa desesperada y casi saltando por la ventana.

En cuanto a su enemigo, no se había acercado, sólo observaba desde lejos y se sentía furioso por no poder acercarse a Tsuna, ya que había sido amenazado directamente por Hibari Kyouya, le había dicho que si se acercaba a menos de un metro de distancia, aunque fuera por accidente acabaría siendo mordido hasta la muerte y Masato le tenía suficiente miedo a Hibari como para tentar su suerte, así que espero pacientemente a que descuidara un segundo a su pequeño juguete, después de todo tenía todo el tiempo del mundo, así que podía esperar.






Y así habían volado los 3 años de escuela secundaria y Tsuna al fin había pasado al primer año de preparatoria, seguía siendo el chico bajito de siempre, por lo visto él estaba destinado a ser chaparro el resto de su vida, no es que le molestara justo en ese momento, pero ¡por dios en la calle luego le decían señorita!

Bueno aun podía vivir con eso, al final ese era su primer día en la preparatoria de Namimori y tenía la vaga esperanza de poder ver al Demonio que lo había cuidado por tanto tiempo, cuando le preguntaba a Kusakabe – san, que era del hombre que procuraba cuidarlo todos los días, siempre le contestaba lo mismo "Kyo – san no es de la clase de personas que conviven con otras, así que ni te esfuerces, él hablara contigo cuando lo crea apropiado", y eso había hecho que su pobre corazón se rompiera, siempre había pensado que era especial para el Demonio, pero ni siquiera le hablaba al final del día consumiría su alma al terminar su contrato con él.






Como todos los días empezaba a cambiarse y a prepararse para ir al colegio, pero esa mañana sintió un cambio muy drástico, se asomó por la ventana y cerró los ojos, pero nada...

¡NO ESTABA!

¿A dónde se había ido? la presencia del demonio no estaba ese día en su casa, salió corriendo como alma que se le lleva el diablo, aun haciendo caso omiso a lo que su mamá gritaba sobre la hora que era y que aún no había desayunado, pero poco le importaba, empezó a buscar como loco la presencia del Demonio de Namimori por todos lados, pero no la sentía.

Se sentía como perro buscándolo cual sabueso, pero esa intuición con la que había nacido le daba la habilidad de poder localizar gente, pero en esta ocasión no había ninguna señal que lo guiara al Demonio...

Decidió ir a la escuela a buscar a Kusakabe – san y así poder preguntar por él, pero no vio a los miembros del comité en la entrada, lo cual lo asusto, así que corrió a la sala donde seguramente debería de estar Hibari, era la sala donde olía a él y había pasado por ahí en muchas ocasiones con Kusakabe, pero jamás tenía la suerte de encontrar a su Demonio, así que llegando a la puerta cerró de nuevo los ojos y nada, Hibari no estaba ni siquiera en la escuela, ni en su rango de localización...

¿Dónde estaba?

Se sentó en la puerta donde podía sentir el olor de Hibari y se quedó ahí arrodillado esperando a que volviera, sabía que iba a castigarlo por romper las reglas, pero poco le importaba, le estresaba no sentirlo cerca, así que vio como la gente que pasaba por ahí lo vía extraño por estar en un lugar tan peligroso, pero tampoco se detenían a preguntarle si estaba bien, ya que tenían miedo de que apareciera el presidente del Comité Disciplinario de la nada así que sólo lo pasaban de largo como si no existiera

Tsuna cerró los ojos y espero pacientemente a la llegada de Hibari o al menos volver a sentirlo cerca, así que mientras esperaba se quedó dormido.







Mientras dormía Tsuna había tenido un sueño de su demonio acariciándole el cabello y viéndolo a los ojos, con su mirada que congelaba todo su cuerpo, se sentía tan bien, pero de la nada le había llegado un olor nauseabundo que lograba hacerlo vomitar, así que Tsuna despertó de inmediato y al abrir sus ojos lo vio...

- Masato... sempai... - ¿Qué hacia ese sujeto ahí? no debería estar cerca de él, Hibari se lo había prometido, había aceptado todo su ser a cambio de su protección ¿Dónde estaba Hibari?

- Hola Sawada – kun, has podido esconderte de mí todos estos años, también veo que hiciste buenas migas con Hibari Kyouya, me pregunto ¿Qué le ofreciste a cambio de su cuidado? – Tsuna volvía a tener los mismos síntomas que había tenido en aquella ocasión cuando se había reencontrado con Masato, pero ahora no sabía qué hacer, su habla, sus movimientos, hasta sus pensamientos se habían detenido, miedo era poco a comparación de lo que sentía, estaba aterrado y seguía sin sentir a Hibari cerca – vaya parece que te comió la lengua el ratón, ¿acaso no está tu guardián cerca? – al ver la cara de miedo de Tsuna supo que Hibari no estaba y podría al fin desquitar todos esos años de frustración – entonces acompáñame a la azotea, es tiempo de volverte a educar.

Así Tsuna fue arrastrado literalmente hacia la azotea de la escuela y en su mente recapitulaba, cuando Masato decía eso en el pasado significaba que lo golpearía hasta que él lo reconociera como su único dueño, no quería volver a sentir ese dolor en las piernas, ni en el estómago, si Masato podía jactarse de algo era de su gran fuerza en las piernas y no quería volver a sentirla, así que mentalmente se le venía el nombre de Hibari una y otra vez, lo llamaba para que lo ayudara lo más rápido posible.

"Akuma – dono por favor ven por mí, no dejes que me vuelva a hacer daño si mi cuerpo y mi alma no te sirven, te daré todo lo que quieras de mí, solo no dejes que me ponga un dedo encima".

Continuara...


SOMBRAS DEL PASADO (Katekyo Hitman Reborn) (Yaoi18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora