Tanjiro

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No le gustaba pensar en él, siempre que llegaba un minúsculo pensamiento sobre el tierno joven, era una tortura.

El azabache no solía dormir temprano pero no quería recordar, no esa noche, así  que se fue a acostar, tal vez se dormiría rápido y no tendría que sufrir de esa forma.

Pero como de costumbre, no lo logró, no dejaba de pensar en esa hermosa sonrisa, en su lindo cabello borgoña y sus suaves mejillas; para él, Tanjiro era el chico más hermoso y tierno del mundo y nada lo haría cambiar de opinión; además de tener esa hermosa personalidad, constantemente al tanto de los demás, preocupándose por el bien de otros, dispuesto a ayudar a cualquiera que lo necesitara especialmente si era alguien cercano e importante para él.

Todavía recordaba el día en que lo conoció, él estaba en quinto semestre de derecho y, de forma contraria, Tanjiro apenas empezaba con sus estudios en medicina, debido a su diferencia de edad por dos años más que el de cabellos burdeos, fue capaz de conocer al chico gracias a su hermana Makomo, quien de igual forma había ingresado a estudiar la misma carrera.

Por un momento creyó que el menor gustaba de su hermana, pero con el tiempo ambos empezaron a interesarse más el uno por el otro, encontrándose por "casualidad"; poco a poco conociéndose y confiándose su vida, claro que no fue hasta casi un año después que se volvieron novios.

Tanjiro, había perdido a sus padres a sus 13 años por un accidente automovilístico, cuando regresaban de una velada al celebrar su decimoséptimo aniversario. Por ello su tío Yoriichi Tsugikuni se hizo de cargo de ellos, tomándolos como sus propios hijos.

Al haber tenido una relación tan duradera con el tierno joven, tuvo el gusto de conocer a su tío, era un hombre serio, pero muy amable y sabio, y por lo que Tanjiro le contaba sobre él, también era muy cariñoso con ellos, por desgracia su esposa había fallecido cuando estaba dando a luz, debido a un parto prematuro y su bebe al estar tan débil no logró sobrevivir.

Claro que también conoció a sus hermanos, todos eran amigables y pudo llevarse bien con ellos, técnicamente al instante, especialmente con su hermana Nezuko, solo un año menor que el joven de ojos rojizos; caso contrario con Takeo, el tercer descendiente de los Kamado, quien sobreprotegiendo a su hermano mayor, pensaba que Giyuu solo quería jugar con él y lo terminaría... lastimando. El pelinegro tenía que admitir que había sido difícil caerle bien, ya que tardo algunos meses en convencerlo de que realmente amaba a Tanjiro, talvez haberlo llevado a esa convención de videojuegos realmente había sido de ayuda para aquel propósito.

A diferencia de Tomioka, Tanjiro era un chico que a donde fuera conseguía amigos, así que tuvo que conocerlos a cada uno de ellos, entre sus principales amigos estaba; Zenitsu quien era un chico de ojos y cabello rubios; Inosuke quien al igual que Zenitsu era muy gritón, la diferencia es que este era más enojón y competitivo, y que además era más seguro de sí mismo y una chica que, en realidad no le caía muy bien, Kanao, su problema con ella era que siempre estaba coqueteando con su lindo novio, incluso cuando él estaba ahí, no podía evitar poner una cara de desagrado siempre que pensaba en ella.

Extrañaba a Tanjiro, añoraba sus besos, sus abrazos, sus lindas palabras para darle ánimos o hacerlo sentir mejor. Le gustaba mucho cuando al ver películas el menor se sentaba en su regazo y se dejaba dar pequeños besos en su espalda.

Pero, lo que todavía le causaba mariposas en el estómago por montón, era cuando pensaba en el vigesimoquinto cumpleaños de su novio, que fue exactamente el día en el que después de casi seis años de noviazgo le pidió matrimonió. Tanjiro solo pudo responder una sola palabra, debido al llanto "si". Tan solo cuatro meses después ya se encontraban en el altar frente a muchas personas, que celebraban la boda de ambos jóvenes.

Al estar recordando todos esos momentos con el que había sido el amor de su vida casi se ponía a llorar, volteo hacia a la mesita que estaba a lado de su cama donde vio que el reloj marcaba la una de la mañana. Se preguntaba porque Dios no lo pudo haber dejado dormido antes de que esos horribles recuerdos llegaran otra vez.

Como todo en la vida, esos momentos felices tenía que acabar - ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? - no podía dejar de preguntarse - ¿por qué no apoyé a Tanjiro? ¿por qué no le hice caso a esas miradas de tristeza, de ayuda? ¿por qué no lo defendí? - ¿por qué no vi su sufrimiento?-

○La persona que aún amo○ GiyutanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora