Otro dia mas en el cafe, Lucy amaba el olor de aquel lugar. Dentro de poco se iban a a cumplir 10 años de que trabaja allí, había empezado apenas con 19 años, hoy con 29, seguia siendo la chica que hacia el cafe, pero con la diferencia que tambien hacia los dulces y tortas que se vendian, había una especialidad de repostería Argentina, alfajores, también ofrecían mates. Esto mismo hizo que un hombre como Lionel Scaloni, quien caminaba por las calles de Madrid, quisiera entrar a desayunar en el Cafe "Dulces albicelestes". Por aquel momento su vida estaba dada vuelta, patas para arriba y sentir el sabor de la comida de su querida Argentina al menos lo iba a hacer sentir mejor unos minutos.
Entro al café y se dirigió al mostrador, encontrándose con una chica menudita, parecia fragil como una pluma, al menos viendola de torso para arriba, un delantal rosa cubria su ropa que se veia era un vestido, denotaba cansancio pero tenia unos ojos particulares, eran como Hazel. Su rostro era bastante redondo pero con las mejillas rosadas, lunares pequeños se esparcían por su rostro y su piel parecía porcelana. El cabello era rubio y estaba recogido en una colita alta. Con una cansada sonrisa, le pregunto a Scaloni "Hola, ¿Qué le puedo ofrecer?"
-Hola, hasta que alguien viene al mostrador-Dijo impaciente, solo habían pasado unos minutos-un cafe extra grande, una tortita negra, dos medialunas y una bola de fraile-Parecía mucho para una sola persona, pero no iba a desaprovechar la oportunidad para probar aquellas delicias de su tierra natal, y además, era taurino, sabia bien que la comida era fundamental para su estado de animo
-De acuerdo, ¿Para llevar?-la chica tenia acento argentino y una voz muy bonita pero por más que hubiese querido hablar más cordialmente no le salió, la primera impresión de ese hombre con tapado negro, jean y además camiseta y zapatos a juego con el tapado fue mala. 'Soberbio', pensó.
-¿Que le parece? y que sea rápido, ya espere antes-fastidioso respondió
-Lamento que haya tenido que esperar pero estábamos limpiando las mesas, y no me quedo claro ¿Para llevar o no?- A Lionel no le cayó nada bien que le haya respondido pero en parte ella tenía razón penso para su interior
-Para llevar-desganado respondió.
Abono lo que correspondía luego de que ella le dijera cuanto era. Tomo la bolsa de papel madera y su café entre menos sin decir adiós pero comento bajo pero lo suficiente fuerte como para que ella escuché "deberían limpiar más rápido para algo uno paga" y camino para buscar un lugar para tomar su desayuno, deambulo y encontró un parque muy bonito, y en el que no había mucha gente, perfecto para tomar su desayuno y no pensar en sus problemas al menos un momento, aunque esto segundo no paso. No podía dejar de pensar en que lo habían abandonado, su trabajo al ser director técnico de una juvenil requería mucho tiempo y quien creía el era el amor de su vida, no pudo y lo abandono, así sin mas, al principio no pudo entenderlo, a los meses se entero que aquella mujer estaba con un hombre, conviviendo y además incluso cuando estaba con Lionel estaba con ambos. El tiempo pasaba, 40 años y su sueño de ser padre se alejaba cada día mas. Sentía que con su ex pareja habían estado cerca de planear formar una familia pero todo eso se esfumó. Pasaba el tiempo con adolescentes con sueños enormes y metas, los queria, pero no lo era lo mismo y cada vez que veía una pareja con niños o un hombre caminando con sus hijos solo podía pensar en que el quería eso, sentir la emoción de saber un resultado positivo en un test de embarazo, ver crecer una semilla en una pancita, acariciarla. Tener una mujer y un bebe con quien compartir la vida, una familia.
Por otro lado Lucy nunca había experimentado tal cosa, sus experiencias amorosas siempre fueron breves y nunca tuvo mucha suerte. Ella solo trabajaba, de vez en cuando salía con sus amigas y estaba en su casa cocinando, que era algo que amaba, y pasaba tiempo con ella misma, después de tantas decepciones aprendió que era lo mejor.
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Scaloni [One-shots]
FanfictionEl daddy más daddy de toda la argentina. Welcome to la Scaloneta